1. Secretos sucios de una mucama


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Incesto Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... el sillón tocándose la pija hinchada, descalzo y con el pantalón en los tobillos.
    
    ¡sacame el pantalón, la remera y bajame el bóxer, y pajeame nena, dale!
    
    Yo obedecía inmutable. Tenía el bóxer endurecido de tanto semen, la verga hirviendo, los ojos desorbitados y la respiración pendiendo de un hilo.
    
    ¡tomá, haceme oler la bombachita de mi hermana, y pajeame con esos guantes cochina, dale que seguro te calienta mi pija, refregame la bombacha por toda la cara, no sabés el olor a concha y a culito rico que tiene, me vuelve loco esa gordita!, decía Diego mientras yo lo pajeaba con furia, olía su bóxer y trataba de que no pare de oler esa bombachita húmeda por nada.
    
    ¡meteme un dedo en el culo mami, dale, y si querés chupame toda la pija, haceme acabar Marta, dale puta!, exigió el jefesito, y yo lo hice.
    
    Fueron un par de chupadas a fondo, después más paja con besitos a sus bolas, y luego sí me la metí de lleno en la boca para mamarlo bien, con mi dedo casi adentro de su orto, con mi otra mano jugando con sus tetillas y con su lengua lamiendo aquella bombacha.
    
    ¡mostrame las gomas perra, ahora!, me gritó, y en cuanto una de ellas salió despedida de mi corpiño me llenó los guantes de leche, la que le esparcí por la pija y los huevos.
    
    Esa noche, mientras tendía mi cama recordé que en medio de aquella paja perversa, el mocoso mencionó a mi hija. ¡qué lindo debe chuparla tu nena no?, debe tener una conchita caliente, es re petera seguro!
    
    Sonaron sus palabras en mi ...
    ... mente, y tuve infinitas ganas de pajearme imaginando a mi Flopy montada sobre la pija lechera de ese alzadito.
    
    Al día siguiente le hice realidad uno de sus pedidos más especiales. Quería que le juntara la mayor cantidad posible de bombachitas sucias de Sol y se las deje en su cama, dispersas entre las sábanas.
    
    Ninguno tenía acceso al dormitorio del otro, puesto que cada uno tenía sus llaves, pero no la de los cuartos ajenos. Solo yo era la apoderada de todas. Así que guardé en una bolsa unas 12 bombachas, las que Solange siempre deja tiradas o colgadas sin lavar en su baño privado, y le di el gusto. Ese y el día de Male con su chico cobré como mil pesos demás. También la mañana que Viviana quiso que limpie las repisas de su estudio mientras ella educaba con fonética francesa a Carla y a Sergio, una parejita de unos 19, que no paraban de tomar café. Al parecer eran bastante toscos en la materia. Vivi renegaba casi sin fuerzas cuando debí salir a buscar azúcar y un paño nuevo para seguir limpiando. Pero, a mi vuelta la patrona estaba en tetas pajeando despacito a Sergio, quien atesoraba una pija glamorosa por lo gruesa y cabezona.
    
    ¡¿ustedes tienen relaciones sexuales seguido chicos?!, preguntó Vivi entre risas sin soltar al nene. Los dos dijeron que sí.
    
    ¡pero vos linda, ¿te tragás su lechita sin hacer carita fea? Y vos le comés la fresita?!, averiguó después, agachándose como para embarazarse la garganta, aunque solo la olió, gimió y se la pasó por la boca.
    
    ¡vení ...
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