RELAJANDO A LIAM
Fecha: 26/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: J2939, Fuente: SexoSinTabues
... estarlo –añadí, e hice una breve pausa en la que la sonrisa divertida de Liam titubeó por un instante. -… si tuvieras un buen cipote, claro. -Y también si yo quisiera que me la chuparas, ¿no? –dijo él, dando otro pequeño sorbo a su vaso. -¿Y quieres? –arqueé una ceja, sacando en ese momento toda mi artillería pesada. –Tu mujer jamás se enteraría, nadie de la compañía se enteraría porque estamos solos y tanto tú como yo saldríamos ganando. -Me da asco que me la chupe un hombre –argumentó rápidamente Liam, ahora ya más serio pero sin llegar a perder totalmente el tono de jocoso. -Eso me imaginaba. Les suele pasar a los que sois heteros –sonreí, recobrando momentáneamente el tono de broma para suavizar la tensión repentina. -Y lo que os pasa a los mariquitas es que os gusta demasiado el vicio –soltó aquel “mariquitas” con el sentido más inocente e infantil de la palabra, que en boca de Liam sonaba totalmente desprovista de malas intenciones. -A mí me chifla –comenté, ante lo que él sonrió. –Eso de comerme un rabazo gordo, grueso, largo y venoso… -¿Y te comes muchos? –me interrogó Liam sin segundas intenciones en su voz. -Los que puedo. -¿Y Zayn no dice nada? –se refirió a mi novio. -Zayn está encantado. Yo también le dejo a él que se coma otros rabos. En ese sentido somos muy liberales. Pero esto que quede entre tú y yo. Paso de que se enteren de estas cosas en la empresa. Lo negaría todo… Liam asintió, pensativo, dando vueltas a los hielos que contenía su vaso. -Entonces ...
... estarás bien entrenado, ¿no? Por eso dices que la chupas de lujo. -Si quieres comprobarlo y tienes un buen badajo, ya te he dicho que no habría problema… Mi compañero no fue capaz de levantar la mirada, así que continuó con la mirada fija en el vaso. Un atisbo de nerviosismo se dibujó en su cara y luego me miró con gravedad. -¿Nadie se enteraría, verdad? –preguntó muy serio, llenándome de satisfacción el ver que había despertado su curiosidad. -No nos convendría a ninguno de los dos, Liam –bebí de mi gin-tonic. –Pero sólo lo haré si tienes el rabo grande –bromeé, aunque en parte era totalmente cierto. -Tengo una buena polla –casi susurró. -¿Cómo la tienes? -Pues es bastante gorda. Y el capullo también lo tengo gordo. -¿Circuncidada? –pregunté, y él asintió. -¿A qué esperamos? Vamos a mi habitación. -Pero de esto no se puede enterar nadie, por favor, Harry. -Ya lo sé. ¿Crees que a mí me conviene que se entere alguien? –hice una mueca de que aquello era obvio. -No estoy muy seguro… pero… -Pero te da morbo mi ofrecimiento, Liam. ¿Vamos? Ambos nos levantamos de la mesa. El tramo hasta el hall del ascensor del hotel y después hasta mi habitación fueron minutos interminables para mi compañero de trabajo que se secaba el sudor de la frente y de las manos e intentaba mantenerse sereno. -En cualquier momento puedes echarte atrás –comenté, con la esperanza de que no lo hiciera pero de que se tranquilizase. -Le voy a ser infiel a mi mujer. Es una decisión… difícil. -Lo sé. Pero lo más ...