Experiencias en El Seminario Parte 2
Fecha: 26/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Monstruoculto, Fuente: SexoSinTabues
... el contacto fuera directo. Nos abrazamos. Empecé a mordisquear sus tetillas. Tenía unos pezones erectos que me volvían loco. Mientras lamía su pecho, le desabroché el cinturón y bajé su pantalón. Siempre usaba bóxer y tenía un par de piernas increíblemente torneadas. Le gustaba mucho jugar fútbol. El también me bajó el pantalón y como pude me quité los zapatos. Y así quedamos, los dos en calcetines y bóxer, los dos con erecciones firmes. Entonces lo volteé y la puse contra la pared. Bajé un poco su bóxer y terminé de bajarlos con mi pie. Él estaba abierto de piernas y la vista era espectacular. Le dije “quítate los calcetines, porque no son nada sexy” se sonrió y se agachó para quitárselos, dejando a mi vista su hoyito totalmente lampiño, ansioso de recibir estímulo. Aproveché que estaba agachado y le di un beso en su hoyito. Él gimió y yo seguí lamiéndolo, tratando de meter mi lengua en esa cavidad tan deliciosamente apretada. Jorge se apoyaba en la pared con una mano y con la otra repegaba mi cara contra sus nalgas que en una de esas casi me ahoga. Yo separaba sus nalgas con mis manos, tratando de llegar lo más lejos que pudiera mi lengua. Escuchar sus gemidos era lo más excitante. Así estuve un buen rato, hasta que me dijo con voz desesperada “yo no sé qué estas esperando para meterme tu verga, ya me tienes bien caliente. ” Así que me puse de pie, y al igual que Ramiro, escupí en su ano y me eché saliva en mi pene y empecé a metérsela. No sé por qué pensé que me iba a ...
... costar trabajo, pero la verdad es que le entró con mucha facilidad. “Ramiro”, pensé. Como nunca lo había hecho, al principio mis movimientos fueron torpes, pero luego fui agarrando el ritmo y el bombeo fue muy excitante. Jorge me pidió que la sacara, y yo pensé que le hacía daño, pero no. Se puso frente a mí y me abrazó, luego subió sus piernas a las mías y buscaba mi pene son su culo. Tuve que agarrarlo por las nalgas para que no se cayera, pero perdí el equilibrio y me fui hacia atrás. Afortunadamente, caí en la cama, y Jorge cayó encima de mí, ensartándose mi verga. Yo puse mis ojos en blanco y Jorge gritó porque llegué muy profundo. Entonces empezó a subir y a bajar sobre mí. No decía nada, pero su mirada lo decía todo. Su cara se retorcía y gemía mucho. Sinceramente me excita un hombre gimiendo, así que yo también empecé a embestirlo salvajemente. Era una visión increíble ver sus piernas soportando su propio peso dando sentones sobre mí. Su pene, aunque no era muy grande, se balanceaba y daba vueltas con cada sentón. Eso me volvía loco. Agarré su pene y lo empecé a masturbar. Le agradó, porque vi como hacía su cabeza hacia atrás y jadeaba cada vez más. De repente sentí cómo su pene se inflaba y aventó chorros de semen caliente sobre mi pecho. Algunos alcanzaron mi cara y entonces yo no pude más. Me corrí dentro de él. Era una sensación maravillosa. Eso que sólo había visto en películas porno, ahora era una realidad para mí. Jorge se dejó caer sobre mi pecho, embarrándose su ...