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Mi ahijado, mi compadre y yo
Fecha: 28/11/2018, Categorías: Gays Autor: robertojrz, Fuente: SexoSinTabues
La reunión con mi compadre fue agradable y amena como siempre. Ese fin de semana yo estaría solo ofrecí que mi casa para juntarnos a ver el box y beber unas cervezas. La comadre sabe que somos de carrera larga y pensando en la seguridad de su marido le pidió que se quedara a dormir en mi casa aprovechando que mi esposa e hijos estaban fuera de la ciudad. Claro que no iba a dejarlo ir solo así que lo mandó con candado, como luego decimos. Mi ahijado lo acompañaba aunque no se veía del todo contento con el verse arrastrado a la reunión, al fin de cuenta mis hijos no estarían en casa, y con sus 14 años no tenía ni mucho interés en el box ni mucho menos en estar platicando con nosotros. La velada fue de lo más normal, mi ahijado se fue al cuarto de mis hijos a jugas con la PlayStation mientras su padre y yo veíamos el box. Las latas vacías se fueron acumulando y las vejigas llenándose. En una de mis idas al baño entré y deje la puerta abierta mientras orinaba, al fin de cuentas habíamos puros hombres en casa. Estaba yo lo mas concentrado en el abundante chorro y sosteniéndome de la pared ya que ya me sentía bastante mareado cuando vi que mi ahijado se paraba en la puerta. —Perdón padrino, no vi que estaba aquí. Se dispuso a marchar pero lo detuve: —¿También vas a mear? Ya voy a terminar. Estaba expulsando los últimos chorros y procedí a sacudírmela. Soy sincero al decir que lo hice sin ninguna malicia, como cuando vas a un baño público y no te fijas en si hay alguien más a un ...
... lado, tú vas a lo que vas. Pero entonces me di cuenta que mi ahijado no quitaba la vista de mi reata. Estaba el tan concentrado viéndola que ni siquiera se dio cuenta de que yo lo estaba observado. Le di a la verga unas sacudidas más de las necesarias y me la guardé. Ni siquiera esto logró romper el encanto en el q había caído el chico, seguía con la mirada fija en mi paquete mientras yo estiraba la mano para jalar la cadena del retrete. —Dale pues, ahijado, que ya te has de estar meando. Con un respingo el chico salió de su ensimismamiento. —¿Ah?, oh, si, gracias padrino. Cruce la puerta y pasé por un lado de el. En ese momento deje pasar el asunto y volví con mi compadre para seguir con el box y la cerveza. Minutos más tarde, la naturaleza volvió a llamar. Fui al baño y al pasar por el cuarto de mis hijos donde el ahijado seguía jugando me di cuenta de que el había dejado de jugar cuando me vio pasar. Caminé al baño y nuevamente deje la puerta abierta. A penas me había sacado la verga cuando mi ahijado ya estaba nuevamente en la puerta. —Perdón, padrino. —Ah que ahijado tan meon—dije burlonamente—¿no se estará tomando unas cervezas a escondidas? —No padrino, mi papá no me deja tomar, pero estoy tomando mucha agua de Jamaica que había en el refir. Decía esto mientras yo comenzaba a soltar mi copioso chorro y el nuevamente se perdió en la contemplación de mi reata. —Pues si ya te anda mucho suelta el chorro de una vez. —No padrino, mejor me espero. Yo me di cuenta de que se le ...