Tres ancianos
Fecha: 02/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Todo empezó porque seguí un curso para cuidar en una parroquia de mi Villa.
Cuando lo terminé me hice cargo de una abuelita del barrio elegante de mi ciudad, en régimen de interna, salía solo los domingos.
Ella tenía tres parientes que vivían en la casa del lado y venían a jugar cartas.
Un día los hijos de la abuelita decidieron llevarla a una casa de esas modernas donde los cuidan y me dieron mi liquidación y un poco de indemnización. Me preocupé pues era responsable de mí, no tenía familia y bueno puse un aviso para buscar otra persona de edad, estaba ya un día sin trabajo en una pieza que arrendé con el dinero ganado cuando sonó mi celular. Era la voz de un hombre que me sonó familiar y claro, era uno de los ancianos vecinos de mi anterior empleadora. Fuí a verlos y me dijeron que ellos necesitaban una dueña de casa que además los cuidara si enfermaban pues dos no tenían hijos y el otro tenía uno que vivía en el extranjero.
Era bueno el sueldo y quedamos que me iba a vivir a su casa, con salida los domingos.
La primera semana muy bien, eran un poco mañosos para comer pero yo entendía del asunto, iba con el más joven de compras al supermercado y un día salieron dos y me trajeron un uniforme de falda mini y blusa abotonada, me lo probé, me quedaba bien y quedaron de comprar otro, así no andaba siempre de jeans. Esa noche estaban jugando dominó y uno me tocó las nalgas.
"Mmm estás bien durita!" y se rieron.
Luego me preguntaron si tenía novio, si era ...
... virgen a mis 18 años, les contesté que no tenía novio y nunca me había acostado con un hombre.
En eso uno me abrazó y me sentó en su falda.
"Señor, suélteme no es correcto esto" dije incómoda pero no enojada. El que estaba a su derecha metió su mano bajo mi falda y empezó a tocar mi conchita con sus dedos, el tercero se paró soltó mi blusa y sacó mis tetas del brasiere y enpezó a lamerlas. Yo gemía y decía que me soltaran, que no quería.
El que metenía los dedos en la concha dijo:
"Estás caliente porque te mojaste y esos gemidos dicen que te gusta lo que te hacemos, así déjate de leseras muchacha!"
Yo sentía que el bulto del que me tenía en sus piernas se ponía duro y sin soltar mi cintura me subió la falda y bajó mi tanga,el que me lamía las tetas me paró un poco y volví a ponerme en las piernas ahora desnudas, bueno la verdad me sentó sobre el pico del que me había tomado primero.
"Tranquilita perrita de ti depende que te duela más o menos, yo tengo fijación con los culos" Y empezó a entrar en mi virgen agujero haciéndome gritar de dolor, me calló el que tenía la boca en mis tetas con un beso donde metió su lengua hasta mi garganta. El que tenía los dedos en mi concha aceleró sus movimientos y sentí algo muy potente, como una corriente que me puso la piernas tiesas y el cuerpo tembloroso. El que me había enculado me agachó y empezó a bombearme el culo, yo gemía más fuertes, los otros dos miraban tocando distintas partes de mi cuerpo, no me dí cuenta que ...