1. El Ranchero


    Fecha: 02/12/2018, Categorías: Anal Transexuales Sexo Interracial Autor: salmaerika, Fuente: xHamster

    ... nalgas con su transpiración. Era un cogida a****l donde yo lo único que tenia que hacer era soportar sus apasionadas arremetidas, que golpeaban con fuerza mis nalgas, haciendo estremecer mis entrañas. Desde mi posición podía apreciar en un espejo, como me lo metía dejando apenas sus huevos afuera, me costaba aceptar que ese tremenda verga se pudiera enterrar en toda su extensión en mi culo, pero la realidad de lo que veía, era que eso era cierto. A esas alturas me sentía como hechizada por la lujuria de ese macho de ébano que me estaba dando con toda su pasión. Todo mi pelo pubico se hallaba mojado de caldos eróticos, y mi abertura anal rezumaba de manera increíble, haciendo deslizar por entre mis nalgas un constante hilillo de jugos, en tanto sus vaivenes eran cada vez más contundentes, y sus manos se aferraban a mis esponjosas nalgas, arremetiendo sin cesar en mi culo. En los pocos segundos y aunque parezca increíble, la lujuria se apodero de mí, y muy pronto otra vez mi clímax me consumió y me corrí febrilmente en un segundo orgasmo, que me hizo gritar, gemir, putear y revolcarme totalmente fuera de ...
    ... si. Justo en ese momento, sentí que el macho empujaba todo su terrible miembro en mi culo y lo revolcaba en mis entrañas, mientras comenzaba a correrse. Pude sentir nítidamente las sucesivas erupciones de semen que me inundaban entera por dentro. Se refregó dentro de mi ano, hasta que vació hasta la ultima gota de su espeso esperma, y solo entonces, me lo saco para todavía alcanzar a bañar mis nalgas con los últimos chorros. Con aire satisfecho se me quedo mirando y me dijo: -¡Estas deliciosa chiquita! -¡Me encantaría quedarme para seguirte gozando, pero no puedo!Se dirigió al baño y mientras yo intentaba recuperarme, todavía tirada sobre la cama, oí como el se duchaba. En seguida salió radiante del baño comenzó a vestirse y mientras conversaba animadamente, de pronto me dijo: -¡Dame lo que falta de mi regalo! Me sentí mal, pero no me quedo otra que buscar mi cartera y sacar los $250 pesos que me quedaban y se los entregue mientras él me daba unos cuantos manoseos a las nalgas y me decia: -¡Cuándo quieras más verga ya sabes donde encontrarme! Me beso otro par de veces y salió satisfecho de haberme cogido. 
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