1. A la prima...


    Fecha: 06/12/2018, Categorías: Incesto Autor: RAL80, Fuente: CuentoRelatos

    ... polla, mientras yo me quejaba de dolor ella me miro con mi polla ya fláccida en la mano y me dijo que yo terminaría pero cuando ella quisiera, que estaba harta de que mi primo descargase y sin ella terminar se fuera.
    
    Después se puso en pie y empezó a besarme abrazándome por el cuello mientras yo exploraba su culo con las yemas de mis dedos pero una vez tras otra yo fallaba en mi empeño de soltar sus tetas. Después se tumbó en la cama y estiro los brazos para invitarme a acompañarla y una vez encima de ella seguimos con los besos mientras frotábamos nuestras entrepiernas. Nuevamente yo fallaba en mi empeño de ver sus tetas y no me iba mejor en quitarle las bragas así que como pude metí mis dedos entre ambos y las rasgue, ella puso sus manos en mi pecho y me dijo que más tranquilo pero al mirarla allí, abierta de piernas con mis genitales sobre los suyos y tan acalorados los dos no pude tranquilizarme así que me deje caer y se la metí al notar que estaba en la "puerta".
    
    Ella gozaba y yo más dándole un besito junto a la boca cada vez que la hacía gemir pero no era bastante, yo insistía una y otra vez en terminar pero estaba cegado con sus tetas y finalmente no ...
    ... aguante más y metí mis manos tras de su espalda y arranque todos los botones para poder bajarle el vestido. Aquellas vistas eran impresionantes, sus enormes pechos estaban cubiertos por un precioso sujetador negro de esos casi transparentes pero al ver que tenía detalles tapando los pezones lo agarre y desgarre también. Aquello era otra cosa, ahora sí que iba a cien, los magreaba, chupaba, juntaba y separaba una y otra vez y como de vez en cuando miraba entrar y salir mi polla de su chocho rasurado estaba a punto de terminar, pero en el último momento retorcí mi cuello hasta llegar a cogerle un pezón con mi boca y hacer que aun sintiera más como terminaba. Creo que estuve un par de minutos dando los últimos coletazos y deseando que no se acabaran pero ya nos habíamos relajado un poco los dos y solté su teta para arrimar mis labios a su oído y decir- esas tetas ya son mías y vendré a verlas cuando quiera. Después me incorpore y disfrute mucho más al ver que su cara demostraba satisfacción y su sonrisita picara era la guinda del pastel.
    
    Ahhhh... cuando llegue al coche mi primo seguía desmayado y como cada sábado en los últimos cuatro meses me lo lleve a mi casa. 
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