Relatos eróticos esposos cómplices cap 123 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 123

... poste y vino uno y sin limpiarla se la metió por el culo y el otro se lo metió en su boca, hasta dejarle su leche.

Así continuó la cacheria a mi señora hasta que una hora después volvió a dar otro grito de muerte, al sentir la verga de un negro de 2 metros de altura atrás de ella.
La tenía bien agarrada de la cintura y se veía frágil por lo chiquita y flaquita llorando a mares y gritando se abrazaba al poste, hasta qué el negro terminó sacando de su culo una vergota negra aún dura mojada con leche, sangre y heces.

Siguieron cachandola sin interesarles su llanto, sus gritos, su dolor reflejadas en su cara, que mostraba arrepentimiento por su decisión.

Nosotros no intervenimos por qué podía ser fatal, sería cómo quitarle su presa a un animal hambriento.

Yá la tenían en el piso embarrada de babas, leche y cochinadas y aún con el mal olor se la seguían cachando.

A éso de las 12 de la noche bajó la intensidad, por qué yá empezaban a darles su segundo polvo, pero más tranquilos por qué muchos seguían tomando y peleando

Volvimos a ver al chato qué entre la tranquilidad qué iba reinando, la hizo gritar con toda su alma al haberle metido su vergon en piernas al hombro por el culo y tras 5 minutos de zamaqueadas le dejo su leche en lo más profundo de mi mujer, sacando su vergon embarrado la dejó con las piernas arriba.

Aprovecharon los otros y en ésa misma posición la seguían cachando dejándoles su leche.

A éso de las 3 de la mañana yá habían terminado la ...

... segunda vuelta, comenzando la tercera con sólo 10 marineros, por qué los demás estaban borrachos regados por todos lados.

Más tranquilos comenzaron su tercera vuelta, poniéndola de a perrito y fué una linda vista a media noche, ver su cuerpito blanco chiquito bien quebrado, con el culo parado iluminado sólo por la luz de la luna. Hasta se podía pensar en algo romántico.

Se tomaban su tiempo cada uno de los pocos qué quedaban, por qué yá estaban borrachos o yá no tenían más leche, pero ahí empujaban hasta dejarle su leche a mi mujer.

A éso de las cinco y en ésa misma posición llegó el negro, pudiendo verle su vergota pajearla antes de metérsela por el culo. No sé veía tan macisa cómo la primera vez, pero aún con todo era de temer.

Mi mujer volvió a gritar mientras el negro trataba de hundirle hasta el último centímetro y queriendo escapar del dolor el negro la tendió en el piso, poniéndose encima de ella cubriéndola por completo, sin poderla ver por el tremendo cuerpo oscuro del negro. Sólo se escuchaban sus gritos y los golpes que el negro le daba contra el piso y también iluminaba el brillo de su cuerpo sudado emoujar con violencia contra ella y por 10 minutos que demoró, fué uno de las mejores escenas  de la filmación.

Dejándola tirada boca abajo se le montaron 6 marineros más y terminando a duras penass se quedaban dormidos sobre ella.

A las 5 de la mañana sólo quedaba el más viejo del grupo, que más gozaba a mi mujer acariciándola que cachandola y entré ésas ...