Resort Nudista
Fecha: 28/10/2024,
Categorías:
Tabú
Tus Relatos
Autor: Centinela2000, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... unos 20 minutos y nos fuimos a meter al mar, que dicho sea de paso, el agua estaba super sabrosa.
Al cabo de buen rato de estar en el mar, mi amigo me dijo que iría por otras cervezas a lo que yo le respondí que me trajera a mi también y que estaría otro rato tomando el sol en la arena, y así lo hicimos. Mi amigo se fue y al tirarme en la arena, a unos cuantos metros estaba una pareja de esposos con su hijo, ellos podrían rondar los 35 y 40 años y el nene podía tener unos 7 años. Ella era una mujer hermosa, morena, pelo largo negro, ojos color miel, unas tetas redondas grandes con pezones oscurito claro con unas semejantes nalgotas. DE repente, escucho donde el padre le dice al hijo que si quería ir por un helado y se marcharon, noté también que la esposa no me dejaba de mirar, en especial a mi verga, que con solo el morbo de saber que le gustaba, me estaba comenzando nuevamente a empalmar. Cuando divisé que ya no se miraba el esposo ni el hijo, me levanté, pasé frente de ella, intercambiamos miradas, sonreímos y me dirigí caminando hacía unos pequeños senderos cubiertos por vegetación. Al llegar, me dieron ganas de mear; y cuando estaba meando siento un abrazo por detrás y un par de tetas restregándose en mi espalda, al dar la vuelta, veo que la tipa me había seguido y me dijo “no puedo perderme esa verga”.
Yo, ni lerdo ni perezoso, la volví abrazar dándole un beso con lengua y babas mientras que con la otra mano le masturbaba la panocha, que además ya estaba bien ...
... mojada; ella gemía y gemía, poco a poco íbamos acostándonos al suelo hasta quedar completamente sobre la arena. Luego la puse de cuatro y le metí la verga de una manera sabrosa, que por cierto, entró un poco resbaladiza por lo mojada que estaba ella y lo lubricada que estaba mi verga; mientras la bombeaba, mis manos estaban apretando esas semejantes tetas, y mis huevos rebotaban sobre su clítoris. Después de un rato de estar culiando fuertemente de manera constante al sonido del tac tac tac del golpe entre mi pelvis y sus nalgotas, me dijo: “apúrate perrito, préñame que no debe tardar mi marido”; no había terminado de decirlo cuando solté un grito potente anunciando la catarata de leche que le deje ir en su panocha, un chorro, dos chorros, tres chorros, cuatro chorros…..fue indescriptible. Nos incorporamos rápidamente y me dio otro beso descomunal y me dijo: “quédate aquí un rato y después de unos minutos tu sales”, y así lo hicimos.
Ella se fue y me quedé un rato esperando con una sonrisa de oreja a oreja y una sensación de éxtasis totalmente relajado. Al salir del sendero, ella estaba ya con su marido que había llegado y con su hijo, todos comiéndose un helado. Yo pasé de frente sin voltearlos a ver y aproveché para regresar al hotel a buscar a mi amigo, que por cierto, no había regresado con las cervezas, y que con esa culiada y sudada que me pegue me hacía falta un par de cervezas bien frías.
Fui al bar pero no vi a mi amigo por lo que supuse se había ido a la piscina; ...