Un abuelo bueno para nieta buena 2
Fecha: 20/11/2024,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: ZarateHot, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Ya mi nieta de ahora 16 años Ema se convirtió en mi asidua amante. Y obvio era que no dejaría de contarle a sus amigas. Así llegó Giuliana a casa, en busca del santo palo del abuelo de Ema.
Llega Ema del colegio diciéndome que su madre no estaba encasa y no quería estar sola. La verdad era que Ema quería sexo una vez más. Ya la niña se había acostumbrado al tamaño de mi miembro y lo disfrutaba al menos tres o cuatro veces a la semana. Y yo disfrutaba de su juvenil cuerpo con muchas ganas. Es más, nos llevábamos tan bien en la cama que tuve que recurrir a la pastillita azul y al gel lubricante, es que mi niña me exigía demasiado. Había días que lograba tener tres acabadas seguidas. Ema se había convertido en una gran cogedora. Como mi nieta me había avisado que venía yo ya me había tomado un Viagra, por lo que mi tripa estaba ya algo morcillona.
El hecho es que Ema me tenía preparada una sorpresa, de la cual obviamente yo ni idea tenía. Ella no había comentado nada al respecto. Dejó sus útiles, se sacó la camisa y quedó con una franelita solamente, ya sus pezones se veían duritos empujando la tela. Ya con tanto sexo, sus tetas estaban creciendo bastante. Ya se hacían merecedoras de unas buenas mamadas y capaz que podía hacerme una buena rusa. Ya probaría. Se dejó la pollerita y se descalzó. Me pide que haga unos mates para pasar el rato y ver tele. Lo preparé y cuando le cebé el primer mate ya se metió la bombilla bien adentro en la boca, mirándome pícaramente y ...
... sonriendo.
En eso suena el timbre, intrigado voy a ver y era Giuliana, una compañera del colegio de Ema. Yo la había visto un par de veces en casa de mi hija. La verdad es que es una morocha preciosa, de labios gruesos, culo respingón, sus tetas mucho más desarrolladas que las de Ema, y su entrepierna dentro de la calza de lycra permitía apreciar una concha más que generosa de labios también gordos.
Sonriendo me comenta que Ema la invitó esa mañana en el colegio, y se encontrarían en casa de su Abuelo. La hice pasar, caminó delante mío y me maravillé con ese hermoso culo. Inmediatamente mi poronga comenzó a crecer. Mi costumbre es andar en piyama en casa ya que vivo solo. Eso también facilita las cosas a la hora del sexo, fácil de bajar y livianito. En ese momento el bulto en mi entrepierna era muy notorio. Mi nieta inmediatamente lo vio y sonriendo le hace señas a Giuliana, quien se da vuelta y clava la vista en mi paquete. Abre bien los ojos, y sonríe mostrando unos hermosos dientes muy blancos. No sé por qué no me sorprendió la actitud de ambas niñas. Entonces caí en la cuenta de que Ema una vez me había contado que sus amigas casi todas ya habían mamado o probado una verga antes que ella.
Ema hace sentar su amiga a su lado, y hablan en voz baja, yo no pude escuchar, pero era claro que hablaban de mi ya que me miraban de reojo y sonreían. De ponto ambas niñas se para una al lado de la otra y sin mediar palabra ambas se quitan toda la ropa quedándose como Dios las trajo al ...