Chantaje a mi vecinita 2 - Relatos Eróticos

Chantaje a mi vecinita 2

Al día siguiente por la tarde mi vecina tocó la puerta, por un momento me puse nervioso, pero sólo venía agradecerme por darle trabajo a su hija y que si tenía alguna queja de inmediato se lo hiciera saber. Como era noche de casino me pidió que me asegurara que regresara a su casa temprano "no se preocupe, yo se la cuido" ella se fue muy tranquila dejándome a su nena. Samara se veía muy sonriente y tranquila, pero cuando nos quedamos solos se puso nerviosa. Inmediatamente me fuí a sentar a la sala, la senté en mis piernas, le saqué la blusa y su brasier, comencé a masajear sus ricas tetas, chuparlas y mordisquearlas suave "estás siendo una buena putita, eso me gusta" ella sumisa contestó "gracias amo" comenzó a ponerseme dura "¿Te gustó la cogida que te puse ayer" "sí amo, me gusto" de su boquita empezaban a brotar pequeños gemidos de placer. La puse de pie, le baje su short y sus bragas las cuales me guarde en la bolsa del pantalón, la puse en 4 en el sofá y comencé a lamer y chupar su conchita, sus gemidos se intensificaron, me movía su colita de gusto, restregandose en mi cara, como buscando más, con mi pulgar rozaba de a poco su anito, como contorneando su entrada, de vez en cuando escupía en su culito para lubricar, después de unos minutos la punta de mi pulgar ya se colaba a su ano y ella estaba gimiendo de placer audiblemente. Sentí que me chorreaba la cara y ella se retorcía de placer, había llegado al orgasmo, me levanté, me saqué la verga y de un empujón se la ...

... encaje hasta mi pelvis, en cuánto choqué en ella comence a estamparme duro en esas nalgas deliciosas, follandola duro y brusco, sus gemidos continuaban así que aproveché, volví a escupir en su ano y metía mi dedo, ya cabía todo mi pulgar, ella volteaba en momentos y me preguntaba "¿Qué me haces? Siento raro" y yo sólo contestaba cogiendomela más duro y con un "Que te importa puta, cállate y siente mi verga". Me quité la playera sin dejar de meter y sacar, después de unos minutos ya le cabían dos dedos en el culo, saqué un lubricante con lidocaína que traía en la otra bolsa de mi pantalón y en su culito pun poco abierto berti un poco, y seguí metiendo dos dedos que ya se resbalaban como mantequilla, ella seguía volteando a ver que le hacía y me preguntaba "Eeyyy ¿Qué me haces, siento raro en mi colita?" Y yo sólo reía y le daba nalgadas "Te va a gustar putita, sólo disfruta".
Me quité los tenis, me bajé el pantalón y me quité el boxer tan rápido como pude y la seguí fornicando, le seguí dilatando con paciencia el culo, cuando le cupieron tres dedos ella se volvió a venir, gritaba y meneaba su colita con con gusto, en ese momento saqué mis dedos de su ano, berti bastante lubricante, cuando ella se calmó y dejó de menear su cola, se la saqué me embadurné de lubricante la verga, y comencé lentamente a metersela por el culo, ella de inmediato respingó, se giró para ver qué le hacía con carita de asustada, al sentirme entrar más comprendió y se intentó quitar, a lo que yo la agarre ...