El deseo nos venció. - Relatos Eróticos

El deseo nos venció.

recuerdo con mucho gusto la vez que probé el sexo con una mujer madura, sin duda una experiencia única y diferente a cualquier cosa que halla experimentado antes, resulta que a una cuadra de mi casa, había una tienda que yo frecuentaba mucho, eso hizo que me volviera muy cercano a la señora que atendía allí, era una mujer de 50 años que apesar de su edad, conservaba su encanto, tenía pecho enormes que apenas eran sostenidos por su sostén, eran su mayor atractivo, yo tenía 20 años en aquel entonces, llegué a tener tanta confianza que entraba a su casa y pasaba allí la tarde, bebiendo café con leche y pan, ella también iba a mi casa y así, todo normal hasta ahí, pero ella siempre me veía con cierta melancolía y de vez en cuando hacia referencia a mi juventud y mi apariencia física, diciéndome que me veía bien físicamente, yo lo tomaba como un cumplido y lo dejaba pasar, pero un día, quedé solo en casa, y la señora vio a mi madre pasar e inmediatamente supo que ella haría a visitar a mis abuelos así que no volvería hasta el día siguiente, así que fue a mi casa al rededor de las 07:00 pm, yo abrí la puerta y ella me preguntó si estaba solo, yo le respondí que si y entró, hubo un silencio incómodo por unos segundos y después se arrojo sobre mi y me beso, to estaba en shock, rápidamente caímos en mi habitación y vi sus enormes tetas caer cuando se quito el escote que traía, yo solo me deje llevar y sin ninguna palabra previa, tome sus tetas y caímos en la cama, baje su pantalón y ...

... saque mi verga que estaba durisma, ella parecía un poco avergonzada por su cuerpo de mujer mayor pero yo la veía con deseo así que no me importo, puse mi verga en su vagina y la penetre con frenesí, ella automáticamente gimió de una manera mágica, mientras yo la besaba de manera romántica pero salvaje, ella se puso en cima de mi y me monto de una manera tan sexi, sus tetas rebotaban y rebotaban, y su rostro me hacia saber el placer que sentía, ella se mobia de una manera única, tanto que al par de minutos, termine sucumbiendo al placer y me corrí dentro de ella, ella se bajo y con la respiración alterada se disculpo, yo le dije que no había nada para que se disculpara, con voz triste me expreso sus problemas con su marido y como ya no se sentía feliz con el, con migo en cambio, se sentía feliz y solo sucumbió a un deseo, un impulso lujurioso, yo le dije que podía contar con migo para desahogarse y ella me sonrrio, y rápidamente puso s cabeza en mi sintira y empezó a besar mi verga, yo no sabia que hacer, pero mi verga se puso dura otra vez y ella chupo la cabeza de un modo que jamás olvidaré, después con sus enormes tetas me hizo la mejor paja de mi vida, sus tetas eran suaves y blandas, eran caluros y yo las estaba disfrutando, con mu verga en medio de sus tetas no aguante mucho y termine llenado sus pecho y pesones con mi eperma, que bajaba por su abdomen, yo estaba sudando y ella también, esa noche termino así, ella se vistió y volvió a la tienda, yo dormí como nunca esa ...