Me cogio un policía - Relatos Eróticos

Me cogio un policía

Esto sucedió cuándo tenía 20 años, por aquel entonces me veía con un amigo para qué me cogiera. Lo solíamos hacer a unas cuadras de su casa, en un lote baldío.
Ese día mientras me la estaba metiendo de lo más rico. De repente sonaron unas sirenas y nos echaron la luz. Ante eso mi amigo salió corriendo, cosa qué yo no pude hacer. En primer lugar porque cuándo me cogia me dejaba las piernas temblando, y en segundo lugar yo sólo tenía ropa de la cintura para arriba, así qué no alcance a vestirme para correr. Por lo tanto me terminaron atrapando.
Ya en la patrulla yo iba entre enojado y con vergüenza. Ahí note qué se iban mormurando entre ellos. Hasta qué comencé a notar qué ya no había casas, por lo qué habíamos ido bastante lejos. Por un momento me asuste, pensé qué me harían algo malo, ellos notaron mi preocupación, y me dijeron qué me calmara, qué no me pasaria nada malo.
Cuándo ya íbamos bastante alejados de la civilización, detuvieron la patrulla. Se bajaron y a mi también con ellos.
Hubo un gran silencio qué rompió uno de ellos, diciendo qué no me harían nada malo, pero qué le había parecido lindo. Así qué me iba a dar a elegir, me llevaba a la jefatura y me levantaban una acta por faltas a la moral o me la dejaba meter.
Pregunté si sería los dos a la vez, me contestó el mismo qué hizo la propuesta, diciendo qué a su compañero no le gustaban los hombres, qué sería sólo el.
Lo voltie a ver, no era un hombre atractivo, un tanto feo, abundante panza y una barba mal ...

... cuidada. Llegue a pensar qué sería mejor el acta de faltas a la moral, pero cuándo se seco la verga, cambie de opinión. Era de unos 15 cm, pero gruesa, demasiado gruesa, casi salive al verla.
El noto mi interés, diciendo qué si le quería dar un besito a la punta, cosa qué asentí con la cabeza. Me puse de rodilla, y él se desvistio de la cintura para abajo, cuándo estuvo más cercas, note qué por su olor no se había aseado en un par de horas. Pero aún así abrí la boca, y su gruesa verga apenas y entraba, el largo era fácil de manejar, pero la tenía tan gruesa qué no me cabía en la boca, sentí qué mis dientes casi estaban tocando con su glande.
Continúe intentando chuparsela, aunque me comenzaba a doler la mandíbula, así qué opte por lamerla en lugar de intentar meterla en la boca.
Me dijo qué parara, qué no se quería venir sin antes cogerme, cosa con la qué yo también estaba de acuerdo.
Me desnude por completo, así comenzando a sentir sus dedos entrar y salir de mi ano, mientras me besaba el cuello, diciéndome qué no tenía lubricante, qué si creía qué se la aguantaba así. A lo qué yo contestaba qué si.
Me puse en posición, comencé a sentír cómo frotaba su verga en mi ano, hasta qué la comemos a meter, solo la punta. Pero entre más la metía, su grosor me iba destrozando, estimulandome por completo. Comenzó con sus toscas embestidas, cogiendo con un ritmo suave e intenso, por diferentes momentos. Era demasiado rico todo lo qué estaba sintiendo por momentos. Note cómo su ...