Me cogi a mi amigo - Relatos Eróticos

Me cogi a mi amigo

Esto pasó a principio de la universidad, por aquel entonces tenía un grupo de amigos con los qué me llevaba bastante bien. Eran unos chicos bastante introvertidos, por nuestras pláticas sabía qué incluso eran vírgenes, por lo qué quedaban pasmados con mi historial sexual. Remarcando bastante mi bisexualidad y él morbo qué les provocaba. 
Solían preguntarme todo tipo de cosas, cómo, cuál era la diferencia de estar con un hombre a con una mujer, qué sé sentía el penetrar o ser penetrado. Llegué a notar cuál eran la intensión de más de uno de ellos. Porque aunque algunos era una genuina duda, para otros se notaba qué había interés en mi. Cosa qué si bien me alagaba, realmente no eran mi tipo. 
Dentro de ése grupo de amigos había uno llamado toño, él cuál siempre fue el más interesado en mis experiencias. Él fue él qué quiso ir más lejos. En una ocasión qué teníamos un trabajo en su casa, sucedió algo curioso. Ya qué una vez dentro de su casa mientras yo preparaba la mesa para hacer el trabajo, él salió de su cuarto totalmente desnudo. 
Era un chico alto, demasiado gordito, blanco y con un  pequeño pené qué estaba totalmente erecto, del qué ya estaba soltando una gota de semen. 
Yo lo miré de la cabeza hasta los pies, él estaba rojo, intento hablar pero solo salía un tartamudeo, fue tierno a su manera. 
Me levante y camine hacia él. Comencé a acariciar su trasero, él sólo sé quedaba ahí en silencio. Yo sabía qué nunca había tenido una experiencia sexual, por lo qué decidí ...

... qué la disfrutará. Comencé a besarlo, para pronto entre besos y caricias ir bajando hasta su pené, cómo dije era pequeño, no debería de medir más de 11 o 10 cm, por lo qué me lo metí por completó a la boca. Sabía delicioso, lo chupe por completo, saboreando las gotas de semen qué cada vez eran más abundantes. Comencé a jugar y besar sus testículos, los cuáles en comparación con su pené, eran bastantes grandes y gordos, así qué me encantó besarlos y lamerlos. 
Continúe bajando hasta qué le pasé mi lengua por su rosado ano, cosa qué lo hizo dar un brinco de sorpresa, comprendí qué pensaba que sería él activo, pero yo tenía demasiadas ganas de cogermelo, así qué aunque en un principio dio algo de resistencia, a cómo fui lamiendo y metiendo mis dedos en su ano, el comenzó a ser cada vez más mansito. 
Cuándo sentí qué ya estaba lo suficiente dilatado, puse mi pené en la entrada de su orificio anal, y la metí de un golpe. Él gritó y se intentó quitar, pero por nuestra posición no lo pudo lograr, ya qué lo tenía totalmente sometido. Continúe cogiendomelo, entré besos y metidas sus gritos de dolor se convirtieron en gritos de placer. 
Le llegue a preguntar, si quería qué sé la sacara, a lo qué grito qué no. Así qué continúe dándole, hasta qué lo rellene por completo. 
Me puse en posición y le dije qué ahora le tocaba a él, ofreciéndole mi culo, a lo qué me contestó qué no podía. Ahí me enteré qué mientras me lo estaba cogiendo él se vino sin tocar su pené. Me sentí orgulloso de ...