LA COMIDA DEL DIA VERGA Y MEADOS - Relatos Eróticos

LA COMIDA DEL DIA VERGA Y MEADOS

el llegó después, yo estaba desnudo y sentado en la cama, un poco nervioso y otro tanto que estaba en desventaja, le abri la puerta para que entrara. Solo habíamos hablado un poco en una app de encuentros, pero cuando lo ví me quedo claro que iba a disfrutar esa noche, lo que no sabía es que a partir de ese día el sería mi amo y yo terminaría siendo su puta y más tarde su mingitorio en nuestros encuentros. Se acostó en la cama y yo, desnudo, algo desesperado me acerque a su bulto y le dije, lo puedo sacar?, entonces lo intente sacar pero necesite de su ayuda. Cuando ví su verga prieta, aguada y con el prepucio aún más negro no pude resistir y le acerque los labios, suaves como si fuese a desbaratarse si lo hacía bruscamente, le di unos besos desde la base hasta la punta y luego me lo metí entero a la boca y así aguado lo deje dentro sin moverme, solo sentía como iba creciendo ese pedazo de carne de chacal hasta convertirse en un trozo tan duro como un bat de beisbol. A pesar de que ya estaba entrenado para comer verga y que siempre que tengo la oportunidad de comerme una la disfruto como loco, el morbo que me dió, estado ahí, sabiendo que este vato sabia que me encantaba mamar y que me traten como una puta, no estaba preparado para el nivel adoración que le agarraría a ese cabron. Su verga me fascinaba y su color de piel era perfecto, morenito, peludito y me trataba como su nena. Cuando me dijo te gusta mami? 
- Y le dije uff me encanta! 
Dije con la boca llena. No sé ve? ...

... 
-Si, te la comes como una becerrita.
- Y me acelere y la Barbie aún más y me la metí todo lo que pude (no deje nada de verga visible) todos esos 20cms de carne negra estaban siendo atendidos por mi y ese placer de ver al vato disfrutando no tiene comparación. Esa noche me comió el culo y como me calentó y me insistió en cojerme acepte. Siempre me ha gustado mamar vergas y me he dejado meterla, no sería una buena puta si no, los machos les gusta picar culitos, pero este we me balanceaba y me la dejaba ir y ponía una cara de cabron cada vez que me la ensartaba, yo sentía tan rico que cuando la sacaba le preguntaba: La vas a meter otra vez? - Quieres? Me decía. Y yo le contestaba si papi. Y mientras más duro me daba más le pedía que lo hiciera fuerte. No podía creer que estuviera abriéndome el culo, que me doliera y al mismo tiempo sentir tanto placer en mi cuerpo y mi mente. Me cogió como una hora, me beso mientras lo hacía cuando más intenso se puso, se me escapó decirle Soy tu putita? Y me dijo quieres ser mi putita? Si quiero ser tu putita siempre. 
Y desde ese día no hay placer más grande que ser suya... O eso pensaba hasta que más tarde, después de dos encuentros lo convenci de darme sus meados y a el le encanto. Desde entonces soy su mingitorio siempre que vamos a un hotel no me dejo que se me escape una gota. Yo sé que es normal haya terminado por beber meados de vato, después de todo las putas para eso son, están para servir y darse, pero lo que más me sorprende es ...