1. Fer Primer encuentro


    Fecha: 23/01/2025, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: danila_cd, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Era la primera vez que nos veíamos, la primera vez que iba a saborear su piel, acariciar sus nervios, oler su imaginación. Habíamos hablado un montón por chat, y un ratito cuando llegué. El diálogo había sido amable, ágil. Ambos queríamos pasar a la acción.  Me había besado de forma dulce mientras tomábamos un trago. La excitación empezó a desbordarse cuando nervioso me dio una bolsita con las cosas que había llevado para mi. No tenía mucho para producirme, esta vez mi partenaire fue demasiado limitado en su generosidad con la mujer que hay en mi. Aunque, debo reconocer, en la escasez, Facu había dado en el clavo: la cajita de castidad y el plug eran mis deseos más profundos, los accesorios de conejita estaban muy lindos también. Luego del beso suave, entendí que por fin había llegado el momento de ser Danila. Por suerte había llevado algunas cosas, y mientras me las ponía en el baño pensaba cómo salir de él para provocarlo.
    
    Al salid Facu estaba parado, con dos vasos con un campari esperandome, miraba extrañado entre deseoso y tímido. Caminé hasta él con la vincha de orejitas de conejita que me había dado y cuando estuve a un metro me detuve, me agaché hasta quedar en cuclillas, e incliné mi cuerpo hacia adelante hasta quedar en cuatro patas. Desde esa posición me acerque gateando y contorneandome hacia él lentamente, sin dejar de mirarlo directamente a los ojos. Cuando estuve a sus pies, volví a ponerme en cuclillas. Sin levantarme, le dije: “hola Facu”.
    Con el reverso ...
    ... de su mano me acarició la mejilla luego recorrió con su mano hasta llegar a mi boca. Yo la entreabrí para ofrecerle si quería meter sus dedos dentro y chupárselos. Él agarró el campari, se agachó a mi altura, mojo su dedo indice en el líquido y lo empezó a pasar a mi boca así de a gotitas mientras yo chupaba como podía sus dedos para tener un poco más.
    La situación era una locura. Sentir mi “clítoris” inútil completamente en la cajita de castidad, tratando de zafarse infructuosamente me creaba una sensación de calentura extrema y al mismo tiempo de absoluta pasividad. Estaba entregada, extasiada en ese hombre, me debía a él, a sus deseos, a su disfrute. Tenía tantos deseos de ser de un macho y que me use cotidianamente, que me entregaba a esa situación de una forma profunda e inesperada.
    
    Me dió el vaso de campari, me pidió que no me mueva mientras tomaba mi trago y tomó un frasco crema. Se puso detrás mio, levantó mi pollerita y empezó a esparcir la crema por los cachetes de mi cola, la parte alta de mis piernas y mi espalda. Ya estaba como una gata en celo, extasiada, con la cola en pompa rogando ser usada, mi cuerpo no podía contener la excitación que me invadía. Cuando terminó con el masaje, corrió mi bombachita y empezó a jugar con el Plug que tenía puesto (con mucho lubricante, pro supuesto), lo presionaba, lo movía, lo sacaba un poco y lo metía de nuevo. Cuando decidió sacarlo por completo, agarró el lubricante y empezó a masajearme el anillito de placer, a meter ...
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