Compatiendo a mi amada - Relatos Eróticos

Compatiendo a mi amada

Les quiero contar la primera vez que compartí a esposa, al menos con un hombre pues ya habíamos tenido sexo con una compañera mía de trabajo. Con ella estuvimos en varias ocasiones y además de gozar de los favores de ambas logré que se dieran sexo entre ellas. De eso contaré próximamente, por ahora voy a centrarme en el motivo de esta historia. Resulta que después de haber relazado aquellos tríos con mi compañera, mi esposa comenzó a pedirme hacerlo con otro hombre, lo que no me disgustaba pero lo veía difícil hasta que un día ella me dijo que al lado de l oficina donde trabaja había un custodio que la estaba enamorando y que  la calentura que le producía se la mostraba por debajo de su pantalón y se veía mandaba una enorme herramienta. Me preguntó si estaría de acuerdo a compartirla con aquel sujeto y sin pensarlo dos veces acepté. Ella le dijo que estaba de acuerdo en estar con él pero con la condición de que iba a participar otro hombre, cosa que le extraño al custodio pero no le quedo más remedio que aceptar. Aprovechando que una noche el custodio estaba de guardia quedaron en que alrededor de las 10 de la noche ella estaría en su oficina y que el otro miembro del trio llegaría un poco más tarde. Debo decir que para asistir me tome casi media botella de ron para coger valor. Cuando me personé en el lugar su amigo conversaba con ella a través de una ventana común y ya le mostraba su garrote ,aun morcillona fuera del pantalón. Al verme llegar se quedó sorprendido de que ...

... fuese yo pues pensaba que sería otro hombre con quien mi mujer me traiciona.
-Madre mía pero si eres tú-exclamo- Esto si tiene morbo, merece un poco de ron para digerirlo, vuelvo enseguida. 
y salió volviendo en 10 minutos con una botella de un buen ron. Entonces nos invito a pasar a un cuarto que tenia donde hacia la guardia con mayor comodidad y hasta con un colchón que enseguida extendió en el piso.
Sin más preámbulo comenzó a besar a mi querida mientras que entre los dos la despojábamos de la ropa y yo la besaba en el cuello y palpaba sus ricas tetas. Debo señalar que esto que narro sucedió hace ya muchos años y que ella era una belleza de mujer . Pronto todos quedamos desnudos y puede percatarme que  mi amigo era poseedor de una tranca de al menos 25 cms y de un grueso que no podría abarcar mi mano. Me sentí disminuido pues la mía alcanzaba solo 15 cms en su máximo esplendor. 
En minutos mi corneador acostó en el colchón y comenzó a comerle las tetas desaforadamente para luego bajar entre sus piernas y usando su lengua como un taladro arrancarle a mi amada los gemidos más intensos que le  escuche alguna vez. Mientras yo le daba a mamar mi pene a mi esposa tratando de que lograra una erección que no lograba del todo. Él no espero mas y abriéndole las piernas le introdujo aquel mástil lentamente y cuando solo había logrado meter la dos terceras parte inició un enloquecido mete y saca que en menos de cinco minutos provocó el primer orgasmo de m esposa. Entonces se levantó ...