A solas con mi corneador - Relatos Eróticos

A solas con mi corneador

Después de aquella noche en que por primera vez compartí a mi esposa con otro hombre y no pudo resistir la tentación de comerme aquella gigantesca herramienta y hasta intente que me perforara el culo ella y yo no podíamos tener sexo si no lo introducíamos en nuestras fantasías. Para ella ya mi normalito pene no resultaba suficiente y tenia que introducirle algún objeto de similar tamaño a aquel mandril para que alcanzara sus orgasmos y luego ella se dedicaba a horadarme el ano con disimiles objetos de diferentes tamaños, comenzando por los mas delgados pero cada noche iba aumentando el grosor de los mismos,
- Te voy a preparar ese culito para que te metas aquel pingón- me decía ella entusiasmada- quiero verte como te la entierra en tus entrañas.
Al principio casi no podía soportas el dolor porque lo hacia sin lubricación pero pronto cogió la costumbre de chuparme el orto a la vez que me masturbaba, introducía su lengua cual un estilete provocando sensaciones no alcanzadas jamás por lo que me venia rápidamente aunque al continuar con su accionar volvía  a tener una erección y eyaculaba varias veces.
Nuestro amigo, a quien llamaré George, estaba desesperado por otro encuentro pero no queríamos apresurarnos hasta tener la seguridad de que lograría sodomizarme sin producirme dolor excesivo y asi yo también satisfacer mis nuevas necesidades. A veces de noche mi esposa me embadurnaba el culo con alguna crema y me introducía el objeto de mayor tamaño que había alcanzado ...

... meterme y me hacia dormir con el dentro y al amanecer al retirarlo comprobaba que mi canal rectal iba ensanchándose progresivamente
-Pronto podrás metértela toda mi vida, te va a convertir en su puta culona.
Un día que había salido a comprar unos víveres para la casa me encontré con George tomando con unos amigos suyos, Al verme no pudo ocultar su alegría y pronto pude percatarme del bulto que se formaba bajo su pantalón,
_ Hola Marcelo- llamándome  por mi nombre- que hace por este barrio- dándome la mano y abrazándome como si fuésemos grandes amigo aprovechando para recostarme su pene en mi muslo.
_ Salí a comprar algunas cosas para el hogar. Y tú vives por aquí- pregunté
_ Sí aquí cerca, vamos para mostrarte la casa- me dijo y dirigiéndose a sus amigos les dijo volvía al rato.
Me puso la mano en la parte baja de la espalda, casi en las nalgas y empujándome con delicadeza me arrastró hacia un callejón al final del cual estaba su casa.
_ Mi esposa también salió a hacer compras asi que estamos solos.
Al escuchar aquellas palabras me entró un miedo terrible a que intentara sodomizarme en aquel instante.
_ No temas , no tenemos tiempo para partirte el culo pero al menos me la vas mamar a gusto.
Entrando a la casa  cerró la puerta y me viró contra la pared y comenzó a besarme el cuello y las orejas lo que hizo que mi cuerpo se estremeciera todo. Luego me desabrocho el pantalón junto a los bóxer y comenzó a palpar mis glúteos y de vez en cuando alguna que otra nalgada. Se ...