Relatos eróticos esposos cómplices cap 164 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 164

Mientras discutía con mi esposa sabiendo que no teníamos ninguno de los dos la razón, pero nos desahogaba por qué cada día que pasaba, era uno menos de seguir teniendo poseción nuestras máquinas.

Con mi señora tenemos un taller de sastrería desde hace muchos años, que no logra progresar mucho, por más que nos esforzamos, y decidimos repotenciar el taller con otra máquina más moderna, la compramos con un préstamo, dándo como garantía nuestras otras máquinas.

Pedimos ayuda a mi familia y a la suya, pero lamentablemente todos pasaban por una mala situación económica. También acudimos a vecinos y familiares, corriendo la misma suerte y sólo nos quedaba una semana.

Más los sentíamos por nuestra hija que con sus 15 añitos, percibía todo y en silencio sabemos que sufre.

Crecimos en el mismo barrio mi señora y casi todos nuestros vecinos.

Al qué había sido mi mejor amigo y a su hermano que también había sido mi segundo mejor amigo, aún no los había molestado, por qué cambiaron mucho a raíz de qué mi esposa, que era la chica más asediada se fijó en mi y no en ninguno de ellos y también por qué los negocios le favorecieron, gozando de otro mejor nivel económico.

Ésa era nuestra gran discusión, ella no quería que hable con ellos, pero era nuestra única y última esperanza.

Yo me llamo Ramón y ella Dora con 40 y 35 años de edad respectivamente. Ella es muy guapa, muy buena y bien tranquila y siempre fué así, yo al contrario fuí un palomilla, burdelero, mujeriego y etc ...

... con mis amigos, hasta con ésos dos que mi señora no quiere que les hable.

Aunque parezca mentira, sólo nos falta 2 mil para cancelar la deuda, pero no lo pudimos conseguir y yá no creo que lo consigamos.

Yo : Amor, es la hora de decidir. Hablamos, si nos prestan les pagamos intereses y si no nos prestan, tenemos que acostumbrarnos a olvidar nuestro taller y buscaré trabajo en una fábrica.

Mi señora muy afligida me dijo para conversarlo cuando nuestra hija esté en el colegio.

Al día siguiente sentados en la mesa.

Yo : Amor, aceptas que vaya a pedirle un préstamo a Samuel.

Dora : Amor, pero prométeme que sólo hablaran del préstamo y no a recordar sus noches con tragos y mujeres que vivías con él. 

Yo : Te lo juro mi amor, en una hora estoy de regreso. Más bien reza para que acepte darnos el préstamo.

En la noche me despedí de ella con un beso diciendo que la quería y ella me dijo lo mismo.

Llegando hasta su casa ví lo bien remodelada que estaba y la empleada me hizo pasar.

Samuel : Hola Ramón, que milagro tu por acá. Quieres tu trago preferido o yá has cambiado ?

Yo ; No Samuel, gracias, venía a conversar contigo de un asunto serio que me tiene bien preocupado.

Samuel : A ver amigo siéntate y dime.

Yo : Tu sabes que mi sastrería está pasando momentos difíciles y por querer levantarla tomé un préstamo que he venido pagando, pero me he atrasado 3 meses y si en una semana no pago se llevarán todas mis máquinas.

Samuel : Terrible lo que me ...