1. La reina de las mamadas


    Fecha: 23/12/2018, Categorías: Primera Vez Autor: nramos, Fuente: CuentoRelatos

    ... tome mi miembro y se lo clave de una sola acción hasta el fondo, sentí como nunca a una mujer mojada hasta las rodillas en sus jugos, empecé el mete y saca su calor me ponía más caliente, ella solo cerraba los ojos y se limitaba a hacer sus movimientos como una perra en brama. Luego de besarla y hacerla sentir mi reina le dije que podía gritar si así lo sentía, pues en su casa no podía hacerlo, ni tarde ni perezosa, previa lubricación a cuerdas bucales, soltó su garganta con gemidos y gritos, “asiiii, dame más, soy tu puta”, solo de acordarme.
    
    Imagínense me estaba cogiendo a la señorona de la oficina, la tenía gritando como puta tuvo varios orgasmos antes de que yo me viniera, estaba como loca fuera de sí... cuando sintió que iniciaba mi bajada de ese rico y sabroso paseo que nos dábamos se detuvo para pedirme que la cogiera por el culo, que era su máxima fantasía aun no cumplida y mi garrote venudo era el elegido; me la acomode en cuatro, ella se untó crema que sacó de esa bolsa mágica que cada vez daba la impresión de que iba lo suficientemente preparada, yo de rodillas me acerque con la verga en la mano guiándola a su pequeño orificio dilatado por sí solo, con un poco de crema se la deje ir, penetrándola lentamente sentí como se tragaba mi verga hasta que sus nalgas tocaron mis huevos, pues sus consoladores ya habían realizado trabajo previo; no tarde ni cinco minutos en venirme le eche todo mi semen en su culo que por todo lo que les he contado deberán imaginarse cuanto semen recibió mi putita mercenaria.
    
    A partir de esa tarde comenzamos una constante rutina de cogidas, me encantaba su forma tan especial de mamar la verga, debo confesarles que el peligro es un perfecto afrodisíaco, pues la dejaba en la puerta de su casa como toda una dama, pero llena de leche por dentro, así nos despedíamos en el carro con un rico beso de lengua, ella se iba a cumplir con sus obligaciones de esposa después de gozar de nuestras sesiones de sexo, como verdaderos amantes.
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