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Cartas boca arriba
Fecha: 24/12/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tenemos un amigo que mi mujer está loca por ella.A mi esa situación me pone y deseaba verla. La encerrona fue la invitación a casa y una conversación erótica por parte de ella y como colofón y como quien no quiere la cosa , un juego de cartas ingenuo pero al que no se podía resistir. Un juego donde las prendas se iban despojando y se imponían castigos. El ambiente era propicio porque ella había llegado cachonda como una perra y antes de llegar él sus bragas ya estaban mojadas. Tras su llegada y la palmadita en el trasero , los dejé un rato a solas para que se fueran soltando. Mientras preparaba la cena pusieron música lenta para bailar y ella le mordisqueaba la oreja. Al final del baile su paquete estaba más tieso que un palo. La conversación transcurrió alimentando su ego mientras le comentaba que ella bebía los vientos por él y que sus fantasías preferidas eran con él. Un poco cortado sí que estaba pero cachondo también. Las piernas de ella bajo la mesa enredaron todo lo que pudieron y yo le advertí que mi más íntimo deseo era verla a ella feliz gozando con otro hombre. No sabía por donde salir y tuvimos que recurrir a las cartas porque no movía ficha. La primera partida creo que notó que ella deseaba perder . Por eso ...
... puse empeño en ganar la segunda yo y ver al perdedor con su correspondiente castigo. Y ese fue el despojar a ella de sus bragas y chuparle los pelos. La posición era especial , de rodillas frente a ella y encima del sofá abierta de piernas y tomando su cabeza con habilida para que no soltara. Y no soltó , se empapuzó de conejo y ella a su vez hizo lo propio. La jugada había salido redonda.Todos contentos incluído yo . El que no se atrevía resultó ser un toro que deleitaba con cada movimiento de cadera a ella. Descansaron un poco y lo encaminó a nuestra cama. Allí las posibilidades eran múltiples y yo podía ver mejor desde todos los ángulos. La boquita de ella emitía sonidos de placer y grititos como de una gata en celo. Una y otra vez se revolcaron , se chuparon y al final un estertor de él hizo las delicias de ella y los dos culminaron la faena. Se lavó , se despidió y ella le propuso otra cena pero esta vez sin cartas . Ahora nuestras cenas íntimas son una fiesta erótica y las adornamos con aderezos de lencería y juguetes . Participo del trío y los veo disfrutar de más cerca mientras me la meneo. Nunca creímos que aquello saliera y ahora trae regalos de flores y lencería a ella y experimentamos novedades sexuales.
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