El papá de mi amigo
Fecha: 25/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Elrond21, Fuente: SexoSinTabues
... también existían envidias entre nosotros y a veces peleábamos por tonterías. Cierto día, me encontraba en mi cuarto después de haber comprado láminas para el álbum feliz pegándolas y mirando mi colección cuando de repente entró José y aunque rápidamente lo oculté bajo la almohada fue evidente que escondí algo y eso llamó su atención. -Qué tienes ahí- me preguntó, viéndome descubierto no tuve más remedio que mostrarle, él lo hojeó muy serio y al final solo me dijo –escóndelo bien para que no lo vea Gloria (su esposa)-, me sentí aliviado, pero lo que aconteció luego fue lo que me dejó perplejo. –Yo también tengo un álbum que mantengo escondido pero te lo voy a mostrar, quédate aquí- No tenía idea de lo que pasaba pero me sentía contento porque no estaba enojado, al contrario al parecer me tenía confianza. Al momento regresó, cerró la puerta, se sentó en la cabecera de mi cama, agarró mi álbum y me dijo que me sentara a su lado, entonces se sacó debajo de la camisa una revista y la puso entre las páginas del álbum para esconderla. La abrió y empezó a mostrarme esas escenas increíbles de parejas culeando, mi reacción fue de estupefacción, con los ojos abiertos a más no poder detallaba las imágenes de hombres comiendo coños (esa vez detallé como es una vagina), mujeres mamando y todo lo relacionado. Él miraba la revista y miraba mi reacción ante esa situación, yo estaba estupefacto y no sobra decir que yo estaba deleitándome con lo que estaba viviendo ya que de repente me vino la ...
... idea morbosa de estar envuelto de nuevo en una situación de sexo desenfrenado con un hombre bien bueno como estaba el papá de mi amigo. Mientras mirábamos la revista, José me iba explicando al detalle todo lo que iba apareciendo en las imágenes y entonces se me ocurrió mirar hacia su entrepierna y vaya sorpresa al notar su bulto latiendo bajo el pantalón, se le marcaba la verga y no hacía nada para taparla, eso me alentó a dejar mi timidez y a preguntar sobre las cosas que estaba viendo en la revista sin ningún pudor – ¿A ella le duele? a ¿qué sabe la vagina? - Etc. Él con frescura me contestaba todo e inclusive me preguntó si notaba que las vergas adultas estaban llenas de pelos y me preguntó si yo tenía ya algunos a lo que respondí que no – ¿y usted tiene?- le pregunté yo –si claro muchos, ¿quieres ver?- y yo asentí. Entonces dijo – ¿pero si te los muestro también debes darle un besito, te gustaría?- y además hizo un gesto de meterse y sacarse el dedo índice de la boca. Yo comprendía al pelo lo que quería y me invadió un entusiasmo nervioso por lo que parecía inminente; saciar mis ganas de morbo y sobretodo con el hombre perfecto para ese momento. Me dijo que a las 4 de la tarde me esperaba en el patio trasero de la casa y que llevara algún recipiente con el cual podía disimular que iba al limonar a recoger limones en caso de que me preguntaran, hay que recordar que en esa casa la abuela (la mamá de él) era la típica gruñona estricta y cascarrabias. Cabe decir que mientras ...