1. Satisfaciendo las fantasías de mi marido


    Fecha: 25/12/2018, Categorías: Hetero Autor: PATRI81, Fuente: CuentoRelatos

    ... acaba de pasar, se dio la vuelta y los vio. Empezó con las suyas, que si me gustaban, que si me los tiraría, etc. yo le pedía que se callase que al final le iban a oír. Pero dale que te pego, cada vez se animaba más y ya empezaba a decir auténticas guarradas, que empezaban a hacer efectos en mí y ayudadas por el vino que me estaba tomando. Miro a los chicos y uno de ellos, que debe ser el lanzado, me sonríe y tira un beso al iré. No sé porque me dio la risa. Salió mi vena caliente y perversa, le seguí el juego, al beber de mi copa, en la forma de mirarle. Sabía que esta loquito por mis huesos, me divertía y me excitaba. El que también se excitaba era Juan, que estaba algo borrico ya. Me animaba a seguir con mis provocaciones, pero desistí ya de hacerlo, tampoco me gustaban cogerme calentones, así como así y el mío estaba ya a un nivel peligroso. Juan nunca se rinde y siguió insistiendo para que siguiera tonteando con los chicos, para que se quedara callado y no insistiera, le dije que aceptaba el ir al sitio que quisiese a tomar una copa y el incrédulo me pregunto si era verdad, se lo volví a repetir y se puso muy contento.
    
    Pero no estaba conforme del todo, me pidió que fuera al servicio que quería oír lo que decían los chicos al pasar, lo que opinaban de mí y que luego me lo contaría con todo detalle. Era un cabrón sabía que eso me gustaba, saber que decían de mí. Deje mi servilleta en la mesa y me levante, pasando por la mesa de los chicos, que se les caía la baba. ...
    ... Estuve un rato largo en el servicio, entre otras cosas porque me di un retoque a mi maquillaje. No sé si a consecuencia del vino o de la calentura, pero estaba algo sofocada. Porque mientras estuve en el servicio mi imaginación me decía que entraría el chico más lanzado y allí mismo me haría de todo, pero la realidad fue bien distinta, no entro nadie. Cuando regreso a mi mesa casi me dan un sincope, Juan estaba girado hablando con los chicos de manera muy amistosa. Sin decir absolutamente nada me senté y como estaba mi café ya en la mesa, me entretuve poniéndole el azúcar y mientras lo removía, podía sentir la mirada de alguno en mí, efectivamente el más lanzado pasaba de mi marido y no dejaba de mirarme.
    
    Juan se dio la vuelta y recupero su posición normal. Me sonreía y me decía en voz baja si quería que me los presentara, yo le decía que no, pero no me hubiera importado. Sabía que tramaba algo, porque es incorregible y no le bastaba con mi no. Se dio nuevamente la vuelta y les dijo que quería presentarles a su mujer. Poco tardo el lanzado, que dio un bote y ya me estaba saludando y sentándose a mi lado, en la silla libre. Se llamaba Chimo y los otros dos eran Tano y Alex. Estaban estudiando la carrera en Madrid y eran de fuera. Los tres eran muy graciosos, me hicieron reír mucho, el más cortado Alex. Estaban en el último año de carrera y por lo que se veía la terminarían sin ningún problema. Chimo que era el gallo de los tres, practicaba el rugby, era el más fuerte de los ...
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