A cuatro manos... las tuyas y las mías
Fecha: 26/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: tartuf, Fuente: CuentoRelatos
... deseo más explícito. De andares elegantes y muy femeninos, tu vestido se mueve al ritmo cadente de tus movimientos, y me enervo hasta el límite.
La siento dura, fuerte, luchando por abrirse camino hacia el exterior, desafiando el bóxer y el pantalón.
Me han entrado ganas de abalanzarme sobre ti en el pasillo, pero el temor a ser interrumpidos me ha frenado. Hay que esperar. No puedo desperdiciar esta ocasión.
Ahora veo salir a la última persona del baño femenino, y sé que estás sola.
Miro a ambos lados y entro presto, tomando posesión de la situación.
Tres cabinas. Ummm. Una está abierta y las otras dos... cerradas? no puede ser. Empujo otra puerta y allí estás. He tenido suerte.
Tus ojos me miran devorándome.
Entro en silencio y cierro la puerta con el pasador. Me gusta entretenerme en esos instantes en que te siento ansiosa y respirando agitadamente. Tal vez haya alguien en la tercera cabina, y no quiero hablar.
Te hago con mis dedos el signo del silencio delante de mi boca. Y tú asientes.
Empezamos el desenfreno.
Nuestras manos se buscan y se enzarzan en desvestir todo lo que podemos.
Tú me desabrochas el pantalón que cae hasta mis pies, y me arrancas de un manotazo los botones de la camisa. Al tiempo que yo te he arrugado la camiseta hasta el cuello, y he levantado tu sujetador para alcanzar esos dos precioso pechos que amaso con fuerza con mis dos manos. Siento tus pezones firmes como chocan contra mis palmas, y los agarro con dos dedos ...
... para tirar de ellos. Me agacho un poco y los chupo con mis labios, agarrándolos y estirando para soltarlo cuando se escapan de mi boca. Me gusta ese ruido que se desprende de esa acción.
Entretanto te has bajado las bragas y te sostienes con una mano la falda levantada mostrándome ese sexo, que brilla de humedad con la escasa luz de la cabina.
Con la otra mano me estás masturbando mi polla. Lo haces divino, y me siento tremendamente excitado.
Nos fundimos en un cruce de lenguas que se hurgan mutuamente en el interior de nuestras bocas...
El sexo está servido...
¿Qué quieres, nena? te pregunto en voz baja junto a tu oído. Pídemelo, quiero oírlo...
ELLA
Me arrodillo ante ti, te agarro la polla y me la meto en la boca, la siento muy dentro, golpea con fuerza hasta lo más profundo, te la chupo un buen rato hasta que me pongo de pie, el sitio es pequeño, pero la excitación que tenemos no impide que nuestras manos acaricien nuestros cuerpos.
Siento como tu mano se mete un mi rajita y me metes primero un dedo y luego otro más. Mientras, me besas con gran pasión, siento tu lengua como golpea la mía, y como una de tus manos pellizca con firmeza mis duros pezones...
Me siento en lo que parece un pequeño lavabo, me abro de piernas todo lo que puedo, y mientras me besas la boca y juegas con mi lengua, me introduces tu polla dentro de mi chorreante chochito...
Me envistes una y otra vez, cada sacudida la siento con fuerza bajo mi vientre, la tienes grandísima ...