La primera vez que me cogieron - Relatos Eróticos

La primera vez que me cogieron

Tenía 18 años de edad cuando salí vestida de mujer por primera vez, me puse un vestido de color beige, que me quedaba hasta las rodillas, un poco holgado, tacones medianos, pantimedias transparentes, brasier con relleno, pulseras y un collar, además de que me maquillé y me puse perfume. Ya tenía como 2 años travistiéndome en mi casa, con ropa de mi mamá y de mis hermanas mayores, así como practicando caminar y maquillarme; sin embargo, ya sentía la necesidad de mostrar mis piernas en público.

          La necesidad de salir vestida que empecé a tener fue como consecuencia de que tenía algunos meses de que chateaba por internet y varios hombres me pedían verme, incluso me llegaron a hablar por teléfono algunos y estas pláticas coincidieron con el hecho de que vi a unos travestís pasar por mi casa y me gustó como se veían y sobretodo, que iban acompañados por unos hombres que los llevaban abrazados. 

          Precisamente, para acudir a una cita, un viernes me puse la ropa femenina y por encima un pants y una playera muy aguada y una chamarra muy holgada, y me lleve en un portafolio de tela los tacones, un kit de maquillaje y aceite menen para quitármelo. Como me quedaba sola en casa porque todos salían desde muy temprano y regresaban hasta la noche por sus actividades, salí como a las 4 de la tarde, me dirigí a un deportivo cercano al velódromo olímpico, fue al baño de mujeres y como media hora después salí de allí ya transformada en una chica. Y al ir caminando para ...

... afuera del deportivo escuche una voz masculina que dijo “te llevó preciosa”; sin embargo, me seguí caminando pero ya nerviosa. Por fin tome la combi que me llevo al metro San Antonio Abad, y en el trayecto me di cuenta que el conductor me miraba insistentemente las piernas, lo que me agradó mucho.

          Al llegar a la terminal de la pecera me subí al metro y me bajé en pino Suarez para esperar al hombre con quien me había quedado de ver. Y espere como media hora sin que se presentara. Por lo que como ya me sentía cansada por los tacones decidí regresar; sin embargo, al subirme al metro, me abordo un joven como de 28 años, quien me tomaba del brazo y de la cintura al ir caminando, yo me sentía muy nerviosa, por eso retiraba su mano, pero él insistía. Al llegar a la base de las peceras me tomó del brazo y camino conduciéndome a una pared, donde nos detuvimos y me dijo “no tengas miedo, no te voy a hacer nada malo, solo quiero conocerte”, yo estaba tan nerviosa que respondí “porque”, a lo que me dijo “porque eres muy bonita y me gustas mucho”. Ese comentario me gustó demasiado y le agradecí a lo que insistió diciéndome “vamos aquí cerca hay un parque, te invito a sentarnos en una banca, caminar un poco y tomar un helado”, yo a pesar de que seguía muy nerviosa le respondí “si quisiera pero no soy lo que piensas, no soy mujer” y él se me miró de pies a cabeza y me dijo “no me importa porque eres más bonita que muchas mujeres, tienes una carita muy linda y tus piernas están ...