Relatos eróticos esposos cómplices cap 178 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 178

... las tetas como si fueran chicles dejando marcados sus dientes, hasta que llegó el momento de la verdad.

Miré hacía el hueco donde mi esposo miraba con cara de clemencia y le dije Iván, hazme despacio por qué con éso me puedes matar.

Ivan : Me dice la señora Ada que la más grande que usted se ha comido ha sido de 13 Cms.

Yo : Es verdad Iván.

Ivan : Entonces, es como si yo la rompiera por primera vez ?

Yo ; Si por favor Ivan.

Ivan ; Ésos 13 son de su marido ? Y de grueso es igual a la mía ?

Yo : No Iván, es más delgada.

Ivan ; Iré con cuidado señora pero siempre le vá a doler.

Pude ver por el espejo a ése mastodonte negro encima de mi pequeño cuerpito blanco y era como para plasmarlo en un cuadro erótico.

Colocó la punta en mi entrada y empujó con fuerza haciéndome gritar de susto por qué no entró.

Me miró y besándome empujó con más fuerza haciéndome sentir su cabeza adentro mío, grité y lloré mirando el hueco de la pared adivinando lo que pensaba mi esposo.
" Sara, en qué te has metido, ojalá salgas bien librada "

Ivan Me volvió a besar empujando con fuerza logró meterme media verga y gritando me sentía en el cielo por que éso yá era bastante para mí.

Le sonreí y voltee con la misma sonrisa a mirar el hueco.
Estimulado Iván con un nuevo empujón sentí toda su verga adentro, su pelvis bien pegada a mi, así como sus huevos golpeándome las nalgas.

Sin gritar sólo llorando miraba a Iván que estaba feliz haber roto mi conchita lo mismo ...

... que yo.

Luego comenzó a clavarme contra la cama por qué sacaba y metía su verga con fuerza tratando de llegar más al fondo mientras yo tenía mis piernas bien pegadas a su espalda y mis brazos también.

Luego comenzó a moverse en círculos tratando de dejar más abierto mi hoyo y en ése movimiento sentí ése gustito que no sentía hacía mucho tiempo dándome ganas de acompañarlo y juntos logramos acoplarnos en el ritmo escuchando desde ése momento sólo jadeos.

Nuestra velocidad fué en aumento hasta que se detuvo para soltar dentro de mi una gran cantidad de leche que se unió con mis 4 orgasmos.

Con dos fuertes estocadas me dejó sus últimas gotas y saliendo lentamente de mi, pude ver su verga aliviada pero aún vigoroza embarrada de leche con unos hilitos de sangre que me preocuparon.

Me cargó como muñeca poniéndome encima de su barriga.

Yo : Hijo, espero que yá estés aliviado.

Ivan : Si señora, muchas gracias.

Yo : Ahora, la preocupada soy yo.

Ivan : Por qué señora.

Yo : Por qué me has sacado sangre.

Se sentó y después de mirar su verga con sus dos manos abrió mi concha haciéndome doler.

Ivan : No sé preocupe señora, éso es por qué he roto parte de usted para que pueda entrar mi verga. Pero mañana le desaparece.
Quisiera darle otro polvo pero son las 11 de la mañana.

Yo : Yá no tenemos tiempo, lo dejamos para otro día.

Ivan : Señora, le ha gustado o la he hecho sufrir mucho ?

Yo : Las dos cosas.

Ivan : Trate de no estar con su marido hoy ...