Por mi vanidad ahora soy la mujer de mi hijo - Relatos Eróticos

Por mi vanidad ahora soy la mujer de mi hijo

Todas las mujeres somos vanidosas yo en especial soy bastante vanidosa que me niego a envejecer mantengo mi esbelto cuerpo bien cuidado por ningún motivo permito que mi abdomen se abulte, mi vanidad fue mayor cuando enviude quedándome con un hijo en aquel tiempo de quince años con el que suelo vacacionar en alguna playa
Cuando mi pequeño alcanzo la mayoría de edad nuestra relación ya era más cercana o intima, ya estaba próxima nuestra habitual salida y pensé que ya era momento de actualizar los bikinis bañadores, en las compras elegí uno bastante atrevido por ser minúsculo y la tanga apenas cubre lo necesario no me preocupa por encontrarme perfectamente depilada y se ata por los costados
Dicho bikini lo porte el segundo día de nuestra estancia en la playa cuando mi pequeñín me vio no pude menos que exclamar, Wooow, Wooow con ese bikini vas a levantar muertos en la playa, no seas bobo o de verdad te parece atrevido para mi edad (44 años) no lo digo por eso pero te aseguro que vas de dejar a muchos hombres bien calientes
En efecto las miradas de los hombres dirigidas a mi persona me fueron poniendo nerviosa, mi pequeño cuando notaba que por ahí surgía un galán con intenciones de abordarme me abrazaba y besaba muy cerca de mis labios y los ahuyentaba
Como mencione me fui poniendo nerviosa pero no eran nervios viendo la cantidad de hombres que me estaban deseando ya me encontraba caliente con unas enormes ganas de coger, mas de una vez ingrese al mar para ocultar la humedad ...

... que tenía en la tanga 
Ya caída la noche en la intimidad frente a mi pequeño sin poder contenerme me quite las minúsculas prendas me gire lentamente para que me viera por todos los ángulos y le pregunte 
 ¿Dime la verdad a ti no se te antoja tenerme como a los otros hombres ¿
Claro no soy de palo pero eres mi madre 
Otra cosa dime si prefieres que me vaya con otro hombre o me quede contigo 
Que me quieres decir
Voy a ser franca contigo desde que falleció tu padre no he vuelto a coger y ya lo necesito no olvido que eres mi hijo y solo tengo dos opciones en este momento otro hombre o tu
Chaparrita (así me dice) yo encantado y quitándose el short me mostro su verga que por cierto también esta depilado lo que da la impresión de tener la verga más grande de lo que en realidad es pero sí la tiene grande le mide veintidós centímetros, viendo su hermosa verga me puse de rodillas tomando la verga con ambas manos acariciándola de la base a la cabeza hasta que la metí en la boca mamándola con desesperación pero por un breve instante porque mi panocha ya ardía fue que lo bote sobre la cama y me monte en la verga, con los ojos cerrados fui metiéndome la verga disfrutando cada milímetro que me metía, mientras yo me metía su verga el manoseaba mis pechos y ocasionalmente golpeaba mis nalgas no eran caricias eran azotes que resonaban por toda la habitación, esa es la parte masoquista que tenemos las mujeres esos golpes nos estimulan con ellos comencé a cabalgar frenéticamente en cada ...