La virgen de Guadalupe es una puta perrota en celo - Relatos Eróticos

La virgen de Guadalupe es una puta perrota en celo

El espíritu de la vigen Maria se depositó en una estatua de la virgen de Guadalupe de tamaño real que pertenecia a una familia devota solo que con problemas familiares y necesitaban de su ayuda para poder prosperar.
 La virgen de Guadalupe se encontraba observando a la familia. El padre con problemas económicos se encontraba deprimido, no dormía por la angustia que pasaba su familia. La madre una mujer devota siempre rezaba a la virgen de Guadalupe para un futuro prospero.
 La virgen de Guadalupe observaba la situación y con optimismo sabía que tenía que ayudar a esa familia.
El hijo Juan entró a la casa con sus dos perros, uno de ellos era macho y el otro hembra, la hembra estaba en celo. La perra al pasar junto a la virgen de Guadalupe, orino la base de la estatua e impregno de su olor a esta. El perro al darse cuenta del olor a hembra en celo se acercó a la estatua, la olió y se entusiasmo qué empezó a oler la entrepierna. Al no ver a nadie de los miembros de la familia, le dijo al perro, no perrito hermoso eso no está bien, compórtate. El perro entendió lo que le decía la virgen pero su instinto superó lo dicho por la madre maría. El perro metió su hocico por el culo muy bien formado de la virgen de Guadalupe, que incluso esta sorprendida de tener el hocico del perro de entre sus nalgas, saltó de la impresión, y de nuevo pero con más firmeza le dijo. No cariño yo incluso soy tu madre y me mereces respeto por favor comportate, ¿que no vez que soy virgen y pura?. De ...

... pronto la familia entró en la sala donde estaba la estatua de yeso y el perro que olisqueaba atrás de esta. La familia entró discutiendo sus problemas qué no se dieron cuenta de lo que pasaba. La virgen de Guadalupe tenía que quedarse quieta soportando el olisqueo del perro. El perro levantó la túnica de la estatua con su hocico para poder llegar a un olor diferente, un olor divino que provenía del sexo de nuestra señora de Guadalupe. Era un olor tan agradable que el perro empezó a lamer la vagina santa y pura. La virgen maría ya empezaba a mojarse pues sus partes nunca habían sentido tal caricia, pero lo del perro no eran caricias comunes, era una lengua rasposa para una piel delicada y virgen sin pecado concebido. La lengua del perro empezó a urgar por el ano de nuestra madre maría, le metía la lengua sin pudor alguno, metía y sacaba la lengua una y otra vez. La virgen de Guadalupe, impactada por lo que estaba pasando, incrédula pues no podía creerlo.... Su cuerpo físico empezó a experimentar por primera vez un calor que provenía de su vagina y se expandia por todo su cuerpo, empezó a calentarse como nunca jamás lo había experimentado. El perro ahora lamia con mucha fuerza y entusiasmo la vagina peluda de nuestra madre que en ocasiones le metía la lengua. La guadalupana empezó a sentir más y más calor en su sexo virgen y puro, jamás había experimentado tal cosa con un hombre ni mucho menos con un animal, su cuerpo se estremecia y empezó a ponerse en celo qué prácticamente se ...