El amante de mi madre - Relatos Eróticos

El amante de mi madre

Mi madre se separó de mi padre y yo me quedé con él, pero su intransigencia con mis novios me obligó a irme a vivir con mi madre.

Tenía 17 años y había tenido sexo con mi último novio, con quien perdí mi virginidad, tenía sexo con el de vez en cuando, pero no era muy satisfactorio. Una tarde llegué a casa después de haber tenido sexo con el en el carro frente a mi casa, bajé y fuí a bañarme.

Estaba bañandome cuando entró Louis, el novio de mamá, un hombre negro de 42 años, muy alto y fuerte, totalmente desnudo. Me sentí humillada y traté de sacarlo, pero el me levantó con gran facilidad y me llevó a la cama, allí traté de levantarme y vi la lujuria en sus ojos. Su pene era enorme y sentí miedo. Louis me inmovilizó boca abajo y empezó a lubricar mi ano deslizando sus dedos. Yo gritaba y luchaba para resistirme, y pronto estaba totalmente agotada. Louis me acostó boca abajo y ató mis piernas a los lados de la cama, colocó una almohada bajo mi vientre y me dijo: Vamos a ver ti tienes el culo tan rico como tu madre.

Le rogué que me dejara, y él colocó un espejo para que nos viera, puso su pene en mi cola y empezó a metermelo.

Aquello me causó dolor, pero él hizo lo posible por no hacerme mucho daño. Yo lloraba y le suplicaba que me soltara, pero el no se detuvo. Pronto gritaba de dolor y cierto placer. Louis eyaculó y me ...

... obligó a limpiar su sexo con mi boca y lengua. Luego me llevó a la ducha y me baño tocandome morbosamente. Al terminar me llevó de vuelta a la cama y me masturbó largamente, diciendome que lo haría hasta hacerme acabar. Sentirme tan desvalida me excitó y tuve un fuerte orgasmo, entonces el me beso y me dijo: Desde hoy yo seré tu novio, termina con ese patiquin que tienes, que solo sirve para cogerte en el carro.

Esa noche oí a mi madre gemir de placer y me asomé por la rendija que dejó la puerta apenas abierta, y al ver a mi mamá revolcandose como una puta con ese negro maravilloso me excitó mucho y tuve que masturbarme varias veces hasta quedar agotada antes de dormirme.

Louis empezó a enseñarme a gozar del sexo dandome unos orgasmos maravillosos. Una tarde me llevó a un antro donde me ofreció a varios hombres por dinero, prostituyendome para él. Esa tarde experimenté la deliciosa sensación de ser disfrutada por tres penes al mismo tiempo.

Louis me ha ido pervirtiendo poco a poco. Disfruto mucho tirando con negros o tranformistas, me excita mucho ser prostituida, me acuesto con desconocidos quienes me obtienen por subastas para ser su compañia en fines de semana, pero lo que más gozo es a Louis cuando llega a mi cama cada noche, después de haber hecho gozar a mi bella madre como loca. No se que le da, pero ella nunca despierta.