Femenizado porla Vecina 3 - Relatos Eróticos

Femenizado porla Vecina 3

... lenguas y en un sin fin de posiciones hasta que dar exhausta y sin fuerzas. Yo no participe sólo debía mirar y estar pendiente de la situación. Después de esto se me acerco Helena y me dijo va a oscurecer ya sabe lo que tienes que hacer, me retire a la habitación donde nos cambiábamos y al entrar detrás de mi entro Helena y tomándome me dijo putito estoy muy excitada necesito que me chupes la vagina y me penetres con el arnés que usaron estas mujeres, y así lo hice me arrodille y comencé a chupar esa hermosa vagina llena de excitación mientras Helena me fue girando para terminar en la posición del sesenta y nueve y sentir como me metía los dedos y el puño en el ano mientras me chupaba mi pequeño pene, antes de terminar me ordeno colocar el arnés acomodándolo entre sus piernas y apuntando a la vagina, por cierto era enorme el pedazo de goma de tal manera que tuve que hacer fuerza para introducirlo hasta donde más se podía y empezar el mete y saca, la señora Helena entro en un éxtasis pensé que se moría, sus ojos se pusieron en blanco mientras gritaba más duro putito más duro. Mientras yo, mis fuerzas me iban abandonado deseando que acabara porque no podía continuar hasta que grito, insulto, me agarro y araño con su rostro mezclado de furia y satisfacción a la vez, mientras me decía vos putito si servís para ...

... esto y yo te voy a formar en todo lo que se. Se paró me dio vuelta sacando el arnés y empezó con la mano y todo el puño a taladrarme el ano primero sentí un fuerte dolor, pero esto dio pasa a una gran excitación y sin tomarme mi pene acabé quedando muy cansado, a lo que ella añadió ahora si todos quedamos satisfechos. Ya en mi casa debía prepararme para esperar la llegada de mi madre hacía las tareas, la cena y lo relacionado con el quehacer domestico para que cuando mi mama llegara todo lo encuentre bien y no cuestionara mi ausencia o las actividades de closet que hacía en mi mundo de niño niña que cada vez se hacía más extenso, todos mis trofeos los que atesoraba primero en unas bolsas que escondía en mi cuarto, después en un cajón y ahora ya lo había mudado al ático de la casa un lugar que nadie entraba, una habitación en lo alto del hogar de mi madre allí se encontraban los recuerdos del ayer y las cosas que ella ya no usaba pero que no deseaba tirar por un recuerdo sentimental. En un baúl con llaves detrás de todos los muebles tenía mis conjuntos de ropa interior femeninas lo que comparaba, los que me regalaba Helena o Natalia y aquel conjunto que me introdujo en este mundo de esclavitud sexual.
Seguirá hay mucha historia real y prohibida las cosas se fueron poniendo color hormiga, todavia tenia 14 años...