Bea: El inicio
Fecha: 30/12/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos
... nada más. No había fotos de ella o alguna de sus amigas en Topless, o desnudos parciales, totales o convencionales, vaya, ni siquiera una foto con la polla de su novio.
Bea, al parecer era una chica muy bien portada. Pero endemoniadamente sexy y me tenía loco. Debía haber algo…
Después de explorar sus fotos abría algunas de sus conversaciones intentando encontrar algo lo suficientemente jugoso para al menos masturbarme con las aventurillas de nuestra pequeña invitada. Nada. Las típicas charlas de chicas con inuendos sexuales tan de moda, pero nada que hiciera saltar el corazón de mi, hasta ahora, bien portada polla.
Entonces fue que vi el perfil de Eduardo, un muchacho sonriente de unos 25 años que tenía varias conversaciones con Bea, siempre revoloteando alrededor del coqueteo, con frases de doble sentido y en las que a veces al parecer, Bea le seguía la corriente. Hablaban de Chile como especie y en algún punto se refería a algo más que eso. No parecía que hubieran progresado más allá de eso y tenían más de 3 meses que no se habían vuelto a escribir. De acuerdo a la última conversación que habían sostenido, no habían discutido, simplemente habían dejado de comunicarse sin un motivo aparente como a veces sucede con los amigos.
Entonces fue cuando se me ocurrió. Era una idea descabellada, pero una idea al fin. Si todo funcionaba, podría lograr que algo sucediera con Bea. Tenía 6 meses para ejecutar el plan y no tenía realmente algo más interesante qué hacer que ...
... pelear con mi mujer así que bien valdría la pena. Había que afinar algunos detalles pero definitivamente, Ojos de mar valía ese esfuerzo si al final rendía frutos.
Ni tardo ni perezoso, escribí el nombre del chaval y capturé su foto de perfil, tomé nota de su correo electrónico que era EduardoACS901 @gmail.com. No tenía idea de qué significaba todo eso pero en un santiamén había creado la cuenta EduardoAC5901 @gmail.com con el nombre Eduardo Alcalá como el original. Una vez completado el proceso, borré el contacto de la lista de amigos de Bea y añadí el mío. Para completar el proceso, escribí los textos más recientes del historial de sus conversaciones, esperando que no se fuera a fijar en que esa conversación había ocurrido apenas ese día y no hacia 3 meses como había ocurrido en realidad. La suerte estaba echada. Puse la pantalla de nueva cuenta en modo Sleep y me retiré tratando de dejar todo como lo encontré.
Alrededor de las cinco llegó primero mi hija, después mi esposa y al último Bea, ataviada en unos ajustados jeans, una blusa azul y una pañoleta en el cabello. Cuando llegó la hora de cenar, me escabullí a mi cuarto y le mandé un breve mensaje a su cuenta. Me regresé y nos dedicamos a cenar platicando de las incidencias del día. Ya me sentía mejor y no había motivo por el cual siguiera en casa al día siguiente.
Comimos prácticamente en silencio. Yo aun con los estragos del malestar y comiendo una desabrida pechuga de pollo con vegetales, Sandra en su mundo, ...