1. La reeducación de Areana (15)


    Fecha: 30/12/2018, Categorías: Grandes Relatos, Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... delante, apoyando sus tetas en la espalda de Milena y apresándole las ubres con dedos crispados que comenzaron a martirizar los pezones, estirándolos y retorciéndolos hasta que la joven se puso a gritar:
    
    -¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyy, noooooooooooooooo!!!... ¡¡¡Síiiiiiiiiiiiii, sí señora, síiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!... ¡¡¡Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, señora!!! ¡¡¡ Soy suyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! ¡¡¡Hágame
    
    dolerrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!
    
    Amalia estaba ardiendo y seguía con la tortura de pezones al par que hacía avanzar y retroceder el dildo con violencia, ganada por un deseo de supliciar sádicamente a esa perra que le demostraba todo su nivel de emputecimiento. Milena no dejaba de gritar roncamente. Había comenzado a estimularse el clítoris y era toda ella un fuego abrasador. Temblaba y balbuceaba frases ininteligibles mientras movía sus caderas acompañando las embestidas del dildo que la martirizaba voluptuosamente. Por fin, producto de la gran experiencia de Amalia, ambas llegaron simultáneamente al orgasmo y se derrumbaron entre espasmos, gemidos, jadeos y palabras obscenas. Muy poco después dormían profundamente.
    
    ………….
    
    Milena lucía radiante cuando esa noche recibía de Amalia las últimas instrucciones antes de partir hacia el departamento de Eva.
    
    -Confío en vos, Milena. Tenémelas bien cortitas a esas dos putas. Les ordené que estuvieran esperándote a las nueve de la noche y acordate de que vos te instalás en el cuarto de la cachorra. ...
    ... Las dos perras duermen juntas en la habitación de Eva y ahí reciben a las visitas.
    
    -Entendido, señora, no se preocupe.
    
    -¿Llevás el rebenque por si hace falta?
    
    -Claro. –dijo Milena con un brillo especial en sus ojos.
    
    -Yo voy a ir cada dos o tres días.
    
    -Mandé al mail de Eva la agenda digital con las visitas día por día, así que en cuanto llegues revisala y te ponés al tanto.
    
    -Esta bien, señora. –dijo Milena y recibió de la dómina un apasionado beso en los labios a manera de despedida.
    
    Media hora después, la joven entraba con su maleta y un bolso pendiendo de su hombro izquierdo al departamento de las perras, que dormían abrazadas estrechamente en la cama de Eva. Al verlas, sonrió perversamente y se detuvo en la puerta del dormitorio. Depositó silenciosamente en el piso el bolso y la maleta y de ésta extrajo el rebenque, que empuñó con firmeza mientras se acercaba sigilosamente a la cama. El azote las despertó sobresaltadas, con el miedo agrandando sus ojos.
    
    -¡Arriba, perras desobedientes! ¡¿Qué les ordenó la señora Amalia?! ¡Que me esperaran a las nueve de la noche! –gritaba Milena mientras seguía pegándoles y las pobres, aterrorizadas, trataban en vano de esquivar los rebencazos mientras balbuceaban frases ininteligibles. Por fin a la joven se le cansó el brazo y el castigo cesó. Amas sumisas sollozaban echadas boca abajo en la cama y en sus cuerpos se veían las marcas rosadas que el rebenque había dejado.
    
    -¡Al piso, perras de mierda! –ordenó Milena. ...
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