Me cogí a mi amigo Armando segunda parte - Relatos Eróticos

Me cogí a mi amigo Armando segunda parte

Cómo dije en el  anterior relato, a los 15 años era el campeón de la masturbación, 5 o 6 veces diarias, compartiendo está afición con mi amigo y vecino, Armando, de mi misma edad, aunque muy delgado y pequeño.
Nos reuníamos en su casa o la mía a platicar de sexo, imaginar nuestras fantasías con todas y cada una de las mujeres de nuestras vidas y masturbandonos al mismo tiempo.
Empezamos a buscar variantes y se nos ocurrió traer calzones de nuestras mujeres, el primero fue un calzón negro de mi mamá que me robé de su cajón, después los de mi hermana gemela hicieron su aparición, los de su madre, la hermosa señora Rebeca tampoco faltaron, los tomábamos, los usábamos, los lavamos y los regresamos, luego fueron calzones usados, el olor a mujer nos excitaba más, esos solo los agarramos de la ropa sucia y los regresamos al mismo lugar.
No paró allí, los de nuestras abuelas, tías, primas y sobrinas pequeña también nos brindaron placer, era una delicia escuchar de mi amigo decir, imagínate que te estás cogiendo a tu tía Dora, o a tu prima Elvira o a tu sobrina Lupita, mientras sentía la tela de su calzón frotando mi verga parada

Cierta vez me dijo que me tenía una sorpresa, salió del cuarto y volvió a los 10 minutos vestido como su mamá, un vestido corto, con zapatillas, peluca y boca y ojos pintados, también hizo algo porque tenía senos, se veía igual que su mamá, la señora Rebeca, yo quedé impactado y me excité mucho más.
Te gusta? Me preguntó, si, te ves muy ...

... bonita.
Quieres tocarme?  Siii, y me acerqué.
Empecé a tocar la cintura, luego las piernas y las nalgas, también los pechos, mis manos recorrieron todo su cuerpo, le empecé a besar el cuello y metí mis manos bajo el vestido, traía un calzoncito de tela muy suave, sentí sus piernas y nalgas,  no resistí más, lo acosté en la cama y le subí el vestido, era una visión increíble ver esas nalguitas blancas redondas y paraditas cubiertas con una tanguita negra,.
Qué haces ?me dijo.
No dije nada, solo me saque la verga del pantalón, abrí a un lado la tanga y acerque mi verga paradisima y dura a su ano.
No, me dijo, intentó quitarse pero yo era más fuerte y en realidad no hizo falta mucha fuerza, decía que no, pero se dejaba.
Estaba muy cerradito, puse saliva en su ano y volví a intentar 
No, no lo hagas, eres el amigo de mi hijo, dijo él.
Entonces me di cuenta que estaba imaginando que yo me cojia a su mamá.
Eso me éxito aún más.
Seguí empujando y el ( ella, la señora Rebeca) no, no lo hagas.
Poco a poco logré meter la punta, su ano cedió y sentí la deliciosa sensación de meter la verga  por  primera vez, era la gloria, poco a poco fue entrando toda y pude disfrutar de ese ano tan rico, yo entrando y el alimentando mi fantasía diciendo, te estás cogiendo a mi mamá, o diciendo, no Angel, no lo hagas , eres el amigo de mi hijo, no está bien esto.

Te gusta? Le pregunté.
Si, me dijo, dolió un poco, pero ahora se siente muy rico, me siento toda llena de tu verga, tenía muchas ganas de que ...