Envuelta por la magia del mar cogí con mi hijo - Relatos Eróticos

Envuelta por la magia del mar cogí con mi hijo

Mi vida de casada estuvo llena de insatisfacción sexual rara vez mi esposo con su verga de quince centímetros hacia que me estremeciera con algún orgasmo y solo tuvimos un hijo, cuando mi esposo falleció mi hijo ya tenía 19 años pasado el luto me llevo por primera vez al mar el cual no conocía su magia me envolvió al momento que pise sus suaves arenas me sentía romántica pero en realidad estaba cachonda y mi vida cambio esa misma noche que me llevo a bailar donde tome algunas copas ya en el hotel mi hijo para mitigar el calor se quito la ropa y se coloco un short yo como carecía de otras ropas me puse mi viejo camisón de algodón que por el huso casi esta trasparente mi enormes tetas se estaban marcando perfectamente resaltando los pezones ya hinchados  me senté a su lado y fui acariciando su pierna con mucha malicia hasta que toque su verga me mostré sorprendida al tocarla pero algo me impuso a preguntarle si lo que tocaba era real, me respondió poniéndose de pie y se bajo el short para que viera su verga, cariño la tienes enorme le dije, creo que esa no me entraría, claro que te entra chinita, chinita por mis ojos ligeramente rasgados quieres ...

... intentarlo, bueno haber si no termino llorando
Ya sin ropas me coloco en misionero y antes de penetrarme estuvo golpeando mi panocha con su enorme verga yo ya temblaba de ansiedad por tener su verga adentro, cuando comenzó a meterla di un ligero salto porque tuve un ligero dolor pero conforme iba entrando mi panocha se fue aflojando y acoplándose a su verga, fue en ese momento que le comencé a decir, cariño si me cabe más si me cabe más si me duele yo te digo hasta donde la metas mi excitación ya era mayúscula cuando sus bolas golpearon con mis nalgas, si me entro toda le decía si me entro toda cariño, tenía poco de estar bombeando cuando tuve mi mejor orgasmo y uno mas su corrida la hizo dentro de mi panocha lo que me estremeció de pies a cabeza por ser la primera vez que sentía como potentes chorros de leche brotaban llenando por completo mi ardiente panocha
Te gusto chinita me pregunto, no me gusto me encanto cariño que me siento con ganas de repetir una y otra vez, esa noche me metió la verga cuatro veces aunque yo deliraba por mas porque ahí comprobé que el tamaño si importa no es lo mismo una verga de quince centímetros que una de veintidós