Memorias chikan
Fecha: 28/07/2025,
Categorías:
Confesiones
Tus Relatos
Autor: Octopussy71, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
No recuerdo cómo empecé en este mundo del frouterismo, o del chikan como lo conocemos hoy en día. Solo recuerdo algunos pasajes con ligeros roces a las nalgas de las chicas, y algunos tímidos tocamientos que eran suficientes para causarme excitación. Los más relevantes recuerdo que fueron dos apretones de chichi que le di una vez en el metro a una chica de aspecto de secretaria, que traía un saquito de color rosa, su negro cabello quebrado que le llegaba hasta el hombro, de rostro bonito, y que llevaba puesta una blusa ajustada tipo “payasito de color negro” que le resaltaba muy bien sus senos turgentes y bien formados, cálculo que no tendría más de 21 ó 22 años. La verdad no lo pensé mucho, me exité de solo ir observando cómo el escote permitía ver que se abría ligeramente la separación entre ese par de montes firmes cuyo brasiere levantaba orgullosos. Ella iba recargada del lado derecho de la puerta viendo hacia la misma mientras se sostenía del pasamanos dejando desprotegidas sus hermosas protuberancias, así pues,la puerta abrió en una estación (Portales tal vez, la verdad no recuerdo), luego el metro avisó a través de su clásico sonido que cerraría sus puertas. ¡Fue en ese momento, que sin pensarlo lancé mi mano izquierda sobre su seno izquierdo para comprobar su consistencia! No fue un roce, fue un apretón en el que pude sentir como se hundían mis dedos en esa chichi esponjosa pero firme. La chica dio un pequeño brinco de sorpresa al tiempo que yo descendía del metro ...
... mientras las puertas se cerraban tras de mí sin dar tiempo a que nadie dentro del vagón reaccionara. Había sido una acción muy arriesgada para un joven de 14 años en un contexto de los años 80, dónde lejos estaban de tipificarse como acoso los manoseos en el transporte público, y los que podíamos nos dábamos gusto metiendo mano a piernas, nalgas, chichis y “puchas” cuando se podía.
Aún así, bajé del metro con la adrenalina a tope por lo arriesgado de mi acción, pero satisfecho de haber experimentado por primera vez lo que se sentía tener una chichi entre mis manos, y apretarla.
Antes de esa ocasión, a lo más que había yo llegado era a rozar con timidés los senos de las chicas, o arremangarme las mangas de mi suéter por arriba del codo para colocarme delante de ellas, para con el mismo codo apretarme un poco con ellas para sentir sus chichis.
La segunda fue una chica como de16 años allá por el rumbo de San Ángel que vestía igual un payasito negro que dejaba ver unos ya bien formados senos, yo acababa de salir de una pequeña feria donde me metí a la casa de los espantos detrás de dos empleadas domésticas de la zona para manosearlas y arrimarlas aprovechando la situación, sin embargo, yo salí caliente por lo corto del recorrido, y tras buscar un rato alcancé a distinguir entre la gente a esta menuda morenita, de hermosa cara y esbelto cuerpo al que su payasito negro le resaltaba los senos. ¡Entonces, como hipnotizado me dejé ir de frente a ella para darle un apretón con ...