Perrita por un día - Relatos Eróticos

Perrita por un día

Hola este es mi primer relato, pero es completamente real, espero les guste.

Todo empezó un día en casa de mi tía, cuando estaba más joven solía ir a su casa muy a menudo con mi mamá; ellas casi siempre salía a ver unos pendientes y mientras yo me quedaba en su casa a hacer deberes y cosas así. (Cabe aclarar que soy un chico de nacimiento, sin embargo siempre he tenido rasgos femeninos, incluso uso pronombres femeninos) El punto es que un día después de que ellas salieran y yo estaba sola en casa; me puse a buscar cosas para hacer y en eso me di cuenta que el perro estaba suelto, eso era muy raro ya que siempre está en su caseta, pero esa vez lo habían dejado suelto, ese perro se llamaba Draco y era un perro de raza mediana aunque era muy corpulento y daba un poco de miedo. 

Cuando lo vi lo primero que hice fue ir a acariciarlo, aunque me daba un poco de miedo ya me conocía y era dócil. Estuve un rato jugando con el hasta que en un momento se abalanzó sobre mi mientras jugábamos intenté quitarlo de encima cuando sentí algo, era su pene estaba erecto y rojo. Al ver eso sentí un sentimiento extraño como si ese pene me estuviera llamando aunque sabía que estaba mal me dio curiosidad, pero no le di más importancia y seguí jugando hasta que me fui a casa.

Al día siguiente mi mamá y mi tía salieron de nuevo y Draco seguía por la casa así que nos encontramos en la misma situación, sólo que esta vez la curiosidad se convirtió en deseo, no podía dejar de ver su pene, era muy ...

... grande y rojo, era casi hipnótico. No sabía que hacer, por una parte tenía miedo de hacer algo malo pero por otra sólo quería tocarlo; así que después de pensarlo bien decidí hacerlo.

Empecé a acariciar lentamente su pene para ver como reaccionaba y parecía que le gustaba porque me lamía, así que seguí, sin saberlo le estaba haciendo una paja al perro de mi tía. Fueron pasando los días y se volvió costumbre hacerle pajas al perro hasta que un día decidí hacer más, yo también quería sentirme bien así al ver ese gran pene lo primero que se me ocurrió fue lamérselo; se veía tan grande y jugoso. Primero le hice una paja para estimularlo y una vez fuera me tiré en el suelo y me puse debajo de el y comencé a lamer, fue algo sumamente raro pero me gustaba y me excitaba, no sabía que hacía, sólo sabía que me gustaba. 

Se la seguí lamiendo por un tiempo hasta que instintivamente ya estaba en cuatro, sin saberlo me había convertido en la perrita de Draco. Ya en cuatro sólo deseaba tener su pene dentro de mi debo decir que costó un poco porque no le atinaba nunca hasta que sentí el dolor más grande que había sentido, me había clavado su espada con un golpe tan brusco que me puse a llorar, me dolía tanto que después de eso tuve que pararme porque no sabía que hacer. 

Al día siguiente después de mi fail y mi miedo decidí que estaba lista para ser una verdadera perra, así que seguimos la rutina y dejé que me penetrara, y de igual forma fui penetrada de una manera muy brusca, sólo ...