Mirando en la oficina - Relatos Eróticos

Mirando en la oficina

Se paró de imprevisto en la puerta de su oficina y tratando de mirar en qué estaba tan entretenido detrás del escritorio en el que estaba sentado, preguntó: 

- Qué estás haciendo? No manches! Te la estás jalando?
- Quieres verla? La tengo bien parada! 
- No! Cómo crees! Vete al baño, te van aver aquí. 
- Mira! Le dijo levantando la cadera de la silla y mostrándole la verga dura por entre los bultos de papeles que tenía sobre el escritorio. 
- No! Guárdate esa cosa…replicó sin quitarle la mirada de encima mientras él se la meneaba enseñándole toda su extensión. 
- No te gusta? 
- Pues…un poco. Pero es que te pueden ver! 

Volvió a acomodarse en su silla, pero se adivinaba que por debajo seguía tocándose. 

Entonces ella todavía desde la puerta, se ponía de puntitas intentando ver más allá de los papeles. 

- Ven! La invitó…para que la toques y la sientas. La tengo calientita! 

Ella volvió a negarse. Se mantuvo de pie en la entrada pero cerró la puerta detrás de ella apoyando su espalda, y coqueteando le pidió…

- A ver, enséñamela otra ...

... vez!

Esta vez él se puso de pie y siguió masturbándose frente a ella. 

- La tienes bien parada…afirmó. Muy grande! Corrigió. 
- Ya me está saliendo juguito, mira! 
- Ya vi! Te los vas a sacar todos? 
- Quieres? 
- Si! 
- Tócamela! Le insistió él
- No! Respondió con más firmeza y sin dejar su sitio con la espalda pegada a la puerta, sujetó la manija por detrás para que no pudiera abrirse desde afuera…
- Solo quiero ver como te salen los mecos. Sácatelos! 

Entonces él avanzó un paso pegando los muslos al filo del escritorio, desde el otro lado. Hizo a un lado una fila de papeles y aceleró el ritmo de la puñeta. Ella no le quitaba la mirada de encima mientras notaba como se contraían los huevos contra la base de la verga. 

- Ya!!! Le urgió y emitió un gemido entrecortado…Y esa orden fue suficiente para que él se derramará abundantemente sobre la cubierta del escritorio, dando con la explosión del primer chorro casi hasta los pies de ella. 
- Aaaggghhhh! Soltó él…y ella no pudo detener más el orgasmo que le provocó ver la leche derramada.