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Relatos eróticos esposos cómplices cap 204
Fecha: 30/08/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Chacri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... tomanos una foto por favor. Ni corto ni perezoso nos tomó varias. Luego mi suegro me cargó mientras yo le preguntaba mirando a sus ojos. Yo : Qué tiempo que no está con su esposa o con alguna mujer ? Suegro : Dos meses hija. Yo : Pero para usted no es difícil conseguir una mujer. Suegro : Lo sé, pero quiero mucho a mi mujer y no quise engañarla. Yo : Más que conmigo. Suegro : Hija lo tuyo es algo de salud y a la vez me ayuda y como todo queda en familia acepté y espero no arrepentirme. Yo : Suegro yo veré que no se arrepienta y más que estoy viendo que Carlos también lo está disfrutando. Echándome en la cama abrió mis piernas metiendo su cara y con su lengua jalaba mis líquidos que no paraba de salir y cuando me acomodaba en misionero le ví bien embarrada toda su cara. Sentí la punta en mi entrada y me preparé para los dolores que sufriría sin poder gritar por temor a que escuchen mis padres abajo. Al primer empujón sentí su cabeza alojarse dentro de mi ; Achhh que rico. Mi suegro mirándome volvió a empujar y sentí otro gran pedazo adentro aún soportable. Vino un tercer empujón y según mis cálculos yá estaba en el límite que Carlos me había abierto y a partir de ahora todo el resto del camino es virgen o sea mi suegro sería el primero en llegar y romperme con su vergota. Con éste nuevo empujón mi suegro notó la resistencia de mi conchita al haber entrado muy poco causándome muestras de dolor. Suegro : Hijo, dale un cojín para que ...
... muerda. Todos sabíamos lo que iba a pasar mientras yo miraba por el espejo mis piernitas abrazadas a la espalda de mi suegro así como mis brazos también. Lo ví levantar un poco sus enormes nalgas peludas y empujar con fuerza contra mi, logrando meter otra gran parte de su verga acompañado de mi grito apagado por el cojín y unas cuántas lágrimas. Mi suegro se mantenía en el aire para no aplastarme y mi Carlos me secaba las lágrimas acariciando mi pelo. Me sentí orgullosa y toda una heroína por qué pienso que muchas mujeres no han probado una igual y otras no las habrán aguantado. Mientras mi suegro me miraba antes de darme el último empujón, yo bajé mi mano tocando por encima del pantalón la verga dura de mi marido que me sonrió y yo a él. Con éste último empujón no pude contener mi grito, pero sin llegar a alarmar a nadie, sintiendo su pelvis peluda chocar contra mi así como un latigazo de sus huevos en mis nalgas. Con mi cara de dolor acompañada de un par de lágrimas le sonreí siendo correspondido por el, que comenzó a moverse desesperado mientras yo soltaba mis orgasmos como caja registradora, viéndome por momentos en el aire y luego clavada contra la cama hasta que sentí su leche caliente golpearme yéndose a lo más profundo de mi. Cansado se tendió encima mío pero superficialmente y después de darme un beso se fué saliendo de mi, viéndo por el espejo la vergota semidura salir embarrada de leche lentamente por lo larga que era y el momento gracioso ...