Aburridas
Fecha: 10/08/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... te ha parecido? –preguntó Bibi cuando ya estábamos en el coche de vuelta a nuestro barrio.
-Una locura.
-Va, dime la verdad. Seguro que te ha parecido excitante.
-Claro que me ha parecido excitante, pero no por ello deja de parecerme una auténtica locura.
-Ha sido bestial. Me he corrido. –No puede ser. –Te lo prometo. No ha sido un orgasmo típico, ya sabes, la explosión del clímax, pero desde que me la he metido en la boca hasta que he acabado, he sentido todo mi cuerpo vibrar. Buf, tienes que probarlo, te encantará.
-¿Yo? ¡Ni loca! –zanjé, pero no pude quitarme la imagen de los labios de mi amiga devorando extasiada aquel pene descomunal durante varios días. Incluso las dos veces que tuve relaciones con Abel durante la semana siguiente, revivía la imagen cada vez que cerraba los ojos llevándome a los orgasmos más intensos de mi vida.
***
-Mañana por la noche tenemos una cita.
-Sí, la cena con las del comité de apoyo a la escuela. No sabes la pereza que me da.
-No, me refiero a después, al acabar.
-¿Qué?
Había pasado más de un mes, cinco semanas exactamente, desde que habíamos ido al parking del Hipercor y el tema parecía haber decaído bastante a pesar de que los días posteriores solamente habláramos de ello. Pero comprendí que había vuelto a las andadas. Me mostró otra imagen de un pene, más oscuro que el anterior, pero también de tamaño considerable.
-Llevo empapada desde ayer por la noche. -¡Ese lenguaje! –De verdad, no te imaginas lo ...
... excitada que estoy, y encima esta semana Carlos está de viaje, así que tengo que consolarme sola.
-¡Bibi por favor! No me cuentes esas cosas.
Se rió de mí a carcajadas, negando haberse masturbado pues quería estar completamente despierta y receptiva a todas las sensaciones que el juego le proporcionara, pero estaba impaciente.
-No sabes el morbo que me da. Cenaremos con las monjas de la junta escolar, discutiendo la necesidad de dotar de una rígida educación a nuestras hijas y los valores cristianos que debemos contemplar, para tomarme de postre un buen trago de leche calentita de un mozo de almacén –sentenció sin dejar de reírse.
-Estás loca.
No hay mucho que contar de la cena, más allá de definirla como una reunión de más de dos horas en que las tres monjas, la directora de la escuela y dos maestras que la acompañaban, expusieron a las ocho madres de alumnas que formamos el comité de apoyo las nuevas directrices que pretendían aplicar en aras de encaminar a nuestras hijas en la dirección correcta. Estas charlas no suelen tener demasiada contestación por nuestra parte, pues, exceptuando un par de casos, solemos asistir más por recibir la información que para proponer cambios.
En cuanto nos montamos en el Mercedes de Bibi, ésta envió un mensaje al afortunado. Después de un par de respuestas mutuas, anotó una dirección en el navegador. Once minutos nos separaban de una calle desconocida en un polígono industrial de Cornellà, un pueblo del extrarradio barcelonés ...