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EN UN SPA
Fecha: 06/01/2019, Categorías: Confesiones Autor: alamna, Fuente: RelatosEróticos
UN NUEVO SPA Mi amiga Samanta apareció un día próximo al fin de semana llamando a mi puerta. Habíamos quedado en juntarnos ese día, pero increíblemente ella se apareció en mi casa una hora antes de la indicada diciéndome que me daría una gran sorpresa y luego me llevó a un nuevo spa que recién abría sus puertas en nuestra ciudad. Llegamos aquel lugar en mitad de la tarde, era jueves y nuestros maridos tenían este día reservado para jugar al póker hasta muy tarde en la noche, e igualmente nosotras elegimos ese día para consentirnos y ponernos más bellas. Samantha y yo nos entretuvimos conversando mientras esperamos nuestros respectivos turnos y cuando llegó el mío una joven de baja estatura y muy arreglada me indica que pase a la sala en donde procederían con el tratamiento. Una vez allí dentro veo que un galanazo de unos 27 años con tremendo cuerpo atlético vestido con una franela blanca sin mangas que dejaba apreciar sus grandes músculos y un pantalón de licra blanco también, que no dejaba nada a la imaginación si es que una se preguntaba que tan bien dotado estaba. La chica que me recibió procedió a presentármelo indicándome que este era quien al parecer me atendería y luego se retiró. Yo sonreí toda nerviosa por aquel espectáculo de aquel machazo de cintura delgada y con semejantes piernotas tan bien formadas que me fue imposible no imaginarme sentada en estas. Y confieso que me extraño que fuesen chicos los que atendían allí ya que siempre había ...
... visto chicas ocuparse de estas cosas, en tanto me estaba pareciendo estupendo hacerme a la idea de que en lo adelante unas fuertes y gruesas manos como aquellas serian las que me darían masajes por todo el cuerpo. El chico al ver que yo me quedaba allí paradota como tonta, me invita a pasar a un pequeño baño que me indicó al fondo de la habitación y que me envolviera en la tolla que allí encontraría. Yo hice exactamente lo mismo; me quite toda la ropita, recogí mi cabello en la parte superior de la cabeza y regresé a donde estaba aquel moreno de ojos castaños y mirada penetrante. Me subí a la camilla de masajes, poniéndome boca abajo iniciando la relajación mental que este me indico mientras me ponía un aromático aceite de sándalo por toda mi espaldita. Ahora te vas a relajar mucho, me dijo el mientras que masajeaba mi espalda y me decía que me sentía tensa, que era importante que intentara relajar mis músculos para que el pudiera darme un masaje de calidad. Bueno y al cabo de unos minutos sintiendo esas manos de primor sobre mi espalda, conseguí sentirme más en confianza y tranquila. Entonces el me decía cosas como que tenia una piel muy suave y que de seguro la cuidaba mucho. Le respondí que así era que siempre me esmeraba en el cuidado de mi cuerpo. Dijo eso es importante y en eso estaba tan cerca de mi nuca que yo pude sentir su aliento en mi cuello cosa que me encendió como no se imaginan. Respiré profundamente y sentí como una corriente extraña ...