1. Josy Prostituta. El primo le rompe el culo. Parte 3


    Fecha: 06/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... disfrutar del coito marital, era una mujer nueva, el ave fénix renacida de las cenizas de la esposa y que Memo rescató a fuerza de nalgadas y pijazos, sentir que el castigo, sobre todo en las nalgas, son excitantes y extremadamente eróticas, que la mujer que no ha pasado por el trato de domesticación como yo, no está sabiendo lo que se pierde, que cuando lean esta parte intenten hacer algo nuevo con su sexualidad, que se contacten con el que escribe mi historia para preguntarle como soy cuando tengo sexo, este “escribidor” ha probado mis carnitas y me dio el tratamiento que más me calienta. No dejen pasar la ocasión de probar esta aventura de sentir el disfrute de ser dominada y sometida.
    
    Sonoras nalgadas me avisaron que debía volver al trabajo, tengo que acercarme, ofrecerme al señor, abrir las alas de mis labios vaginales para frotarlos sobre su pinga que está “morcillona” esperándome. Con la boca comienzo a ordeñarla para que esté listo y seguir adelante, enseñarme a ser una buena puta.
    
    Me colocó en cuatro patas, ofreciendo mis nalgas, abiertas y preparadas para recibir verga.
    
    Lo siento acomodarse, puertear un instante y mandármela dentro, suave. Me toma con firmeza de las caderas mientras se impulsa en una cojida intensa, saliéndose hasta la puertita y volver a insertarse en toda la dimensión del miembro. Ralentiza los movimientos, la retira de la chepa… quiero ver porque, pero una nalgada avisa que no debo mirarlo, ese instante de incertidumbre atemoriza por ...
    ... lo que imagino y excita por lo desconocido. Sabe manejar los tiempos, dominar los impulsos, contener las ansiedades.
    
    Siento lo que está por venir, frota la cabezota de la verga con los jugos de mi vagina, me está preparando para hacerme el culo, una mano en la nuca me impide mover la cabeza, con la otra sostiene la cabeza del choto que apoyado en el hoyo pugna por hacerse un lugar en él.
    
    Por primera vez acciona despacio, empujando y retrocediendo, estimo que es cuidadoso, para no desgarrarme, sabe que no tengo experiencia, el culo cerradito y estrecho y la poronga gordota y tan dura, es como para tomar algunas precauciones. Más jugos, más saliva preparan el avance final, no tengo dudas que es un viejo conocedor de las artes del sexo anal, me tranquiliza, solo un poco, sentirme en buenas manos, digamos… en tan buena poronga…
    
    Momento de tensión, espeso silencio, desconozco todo, pero intuyo lo que le está por pasar a mi opulento culo. Me sujeta con fuerza de las caderas, para evitar que me salga. Siento la cabeza en la puerta del hoyo, instintivamente muevo para zafar, se afirma en sujetarme, un poco más de presión de la cabeza y el aro comienza a ser forzado, cede no sin poco esfuerzo, llevo mis manos atrás para apoyarlas en su vientre para contener la intrusión, me las retira, impone el respeto a fuerza bruta.
    
    —¡Quieta perra! ¡Quieta!, no te muevas, ¡no te salgas! ¡Aguanta! ¡Relájate y goza puta! – una sonora nalgada, esta vez bien fuerte refuerza la orden del ...
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