1. Mi primo me hizo dichosa e infeliz de un momento a otro


    Fecha: 09/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Svett, Fuente: CuentoRelatos

    ... sacó su burro y se levantó para voltearme de culo y pensé el gran dolor que me causaría la penetración de tal vergota. Me resigné y le ofrecí mi ano, abriendo mis nalgas con las manos, ni tardo puso su glande, eso sí, muy lubricado de mis jugos, en mi culo y me presionó despacio, pero sin detenerse; mi dolor fue creciendo al ir ensanchando mi esfínter y sin mostrarle el gran dolor que me causaba me dejé entrar encajando mis uñas en la cama y mordiendo una almohada. Llegó el momento que su gran cabeza venció al anillo de mi culo y entró hasta el fondo de nuevo en mi cuerpo, mi dolor lo sustituí pensando más en la caricia que me daba en mi recto su entrar y sacar de verga mientras Iosef seguía con sus abdominales.
    
    Esa hermosa compresión y descompresión que provocaba en mis entrañas cuando me llenaba y cando me vaciaba me empezó a traer un orgasmo que llegó muy lento, así como él se movía sobre mi sin tocarme solo con su garrote. Sentí varios minutos que salían litros de jugos vaginales y al final vino lo mejor; mi primo me empujó toda su verga hasta el fondo y así se quedó mientras llegaba el también a su orgasmo, soltando voluminosos chorros de semen que me iban llenado los intestinos calentándome por dentro y haciéndome sentir más gorda con cada chorro de semen que me metía. Mis jadeos casi gritos llenaron la recámara y mis babas mojaban la almohada mientras mis adentros se convulsionaban de placer; me extrañó que él no ...
    ... hiciera sonidos mientras me cogió.
    
    Cuando él terminó simplemente sacó su vergotón rápido, lo cual terminó de provocarme hasta un orgasmo mental. Casi sin fuerzas me volteé y vi como él tomaba mi calzón y se limpiaba la verga y me quedé admirándolo como a un dios; se veía tan imponente de perfil... entonces llegó mi gran desdicha. Me preguntó si me había gustado y yo con voz ronca le dije que nunca había sentido lo que él me hizo sentir; pero él, arrojándome con mis calzones a la cara me dijo que yo no le servía más que una masturbada. Yo me quedé incrédula sin nada que decir, solo lo veía como sonsa mientras él se vestía... ¡no era posible!, solo pude envolver mi cara con la sábana y solté el llanto como nunca, no sé cuanto tiempo estuve llorando y temblando hasta que se me acabaron las lágrimas y me serené. Toda mensa todavía me puse la ropa y salí como zombi, al bajar estaba Iosef viendo la televisión y por una ventana se veía aun mi tía y su amiga tomando algo en el jardín. Me acerqué a la puerta tratando de que no me notara mi primo, pero al abrir la puerta de salida me gritó que si quería más sexo con él me cobraría 100 dólares por cada orgasmo. Entonces salí corriendo sin pensar en nada y llorando de nuevo, subí al auto y me fui a casa estando a punto de un accidente por pasarme un cruce de altos... ya no quise saber nada de aquel desgraciado macho precioso y despreciable. Lo bueno es que ya no lo vi de nuevo en mi vida. 
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