Rosario después de Diez años de casada
Fecha: 14/01/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: murgis, Fuente: RelatosEróticos
Este relato me lo han contado, la madre de Rosario, Carmen, que ya han follado ella y su marido con nosotros, en uno de nuestros descansos, de estar follando nos lo contó a mi mujer y a mi.
Rosario
Estaba preocupada pues últimamente su ciclo menstrual era cada vez más irregular. Estaba harta de tomarse la temperatura basal para ver si su 0,5 de aumento daba a entender que estaba ovulando y con ello su posible embarazo. A sus 29 años ya estaba cansada, llevaba casi diez así, pues era ella, o eso parecía, la que no cumplía con los pormenores básicos para conseguir procrear como toda pareja normal. Su marido ya se había hecho todas las pruebas médicas de semen, sangre y otras complementarias y no resultaba ni estéril ni incompatible con ella, lo que aumentaba la desorientación de los especialistas por cómo aconsejar a aquel matrimonio.
Así pues, era un día más de aquellos en que se levantaba después de haberse despedido su marido y se iba al gimnasio iba a la terraza del dormitorio en verano, a estirar su cuerpo de lo anquilosado en que te queda tras dormir mal y poco como aquella noche pasada al pensar todo su angustioso problema. Normalmente y cuando no estaba en crisis dormía más, pues habiendo perdido la ilusión y siendo tan estéril la labor de hacer un hijo, los dos se habían enfriado en cuanto a sexo se refiere. Uno por no amargar y la otra por no requerir un esfuerzo vano, pues en ella la semilla no arraigaba.
Así las cosas y encontrándose pasados catorce ...
... días del inicio de la última menstruación, o sea, en plena ovulación, sonrió pensando“otro mes perdido… y así cuántos?…”
Estaba doblando el cuerpo tocándose los pies con la punta de los dedos, aquel cuerpo del que todos, desde su esposo hasta el último amigo la felicitaban, incluso ellas, o bien cualquiera que la conocía lo admiraba en secreto, por ser tan espectacular, para no ofender y guardar las distancias. Ella no era una fanática de la belleza a cualquier precio pero si sabía de lo útil que eran unos ejercicios tras los cuales se encontraba mejor. Gracias a ello podía comprarse ropa estandard, sin tener que modificarla, pues su talla 94-66-98, era de las comunes en referencia a todos las marcas del mercado, bueno, las marcas que su alto poder adquisitivo le permitían adquirir pues era una rica heredera con considerable fortuna.
Decidió salir a comprar unas exquisiteces para la cena del sábado en la que tenía invitados, donde solía ir y que era una charcutería de tipo gourmet y que la atendía siempre su dueño, un sesentón super amable y cariñoso con sus clientas y que estaba al nivel de conversación y consejos, que producían un efecto inmediato en su parroquia que las inducía a creer en lo que D.Ramón les aconsejaba, fuera el precio que fuera. Y aquel día, además, Rosario estaba dolorida por su perpetua frustrada maternidad y aún no se había quitado de la cabeza las mil preguntas que se hacía.
Hola
-Muy buenos días doña Charo, en que la puedo servir hoy?…
Don ...