Sexo en blanco y negro
Fecha: 17/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... entrepierna con succiones electricas que me hacían levantar la cadera...
Solo podía gemir, casi gritar, y disfrutar de esa locura que me envolvía. Me desaté, sacó ese ser de mi que nunca volvió a entrar en el caparazón. Mis piernas se abrieron solas...
Que lo digas Ines, dilo...- Me grito mientras se separaba de mi sexo, para abrir los dedos y dejarlos caer repetidamente en forma de castigo entre mis piernas. Sentí los azotes chocar contra mi clítoris, hasta cuatro veces- DI que eres mi puta, vamos... dilo...
Obedecí cuando vi como apretaba la mandíbula superior contra la inferior. Aún él estaba vestido. Me señaló con el dedo que bajara al suelo y lamiera su polla. No que lo metiera en mi boca, sino que le regalara lametones constantes mientras él mismo se desnudaba. Allí de rodillas, mi lengua se expandía por cada una de sus venas y amoratado sexo obediente.
Me gustó verle desnudo.
Eres virgen, zorrita? – Me preguntó poniéndose detrás de mí de rodillas, y acercando su ronca voz a mi nuca...
Solo asentí, realmente lo era. Estaba asustada... Pero cuando su mano se posó en aquella piel recien afeitada sentí que podría hacer de mi todo lo que quisiera en su vida, a pesar de no amarle, de no admirarle, de creer que ni lo deseaba, en ese minuto supe que realmente toda mi vida sería su puta, compartirlo con otras tantas putas que cobran dinero, yo lo haría para devolver mi agradecimiento, por convertirme en lo que he sido...
Grité, cuanto grité al sentir ese ...
... pinchazo de su polla entrando bruscamente en mi. Mientras el se decía a si mismo y a mi lo evidente, que me estaba desvirgando, que él era quien estrenaba mi coño desde hoy para siempre.... Desde atrás agarraba mi pelo y se agitaba mientras en un vaiven incansable sentía sus huevos chocar en mis nalgas. Las abría para mirar mi ano, para escupir en él... Por lo menos ese día no intentó llegar más allá.
Fueron unos segundos, mientras su polla se hacía su espacio en mi, sus dedos volvían a intentar deshacerse de mi corpiño pàra a masar mis pechos, pero era imposible. No atinaba. Empecé a sentir que me adhería a él... Su mano buscaba mi clítoris mientras sudaba y me convertía en sal...
Era un placer especial, no podía describirlo, su cuerpo en mi me creaba contracciones, pero aun más cuando bajaba la cabeza y me veía sin un solo pelo en el cuerpo, sin observar mis tetas, solo una lampiña vulva desvirgándose, tan lejano a lo que yo creía que era un príncipe amando a su princesa... Pero tan carnal, tan voraz, tan loco, que me sumergí en gemidos, en deseos extraños.
Me voy a correr Ines, me voy a correr en tu coño ...
Agarró mi pelo y sentí las dos embestidas...
Recuerdos en blanco y negro en mi memoria, en blanco y negro... Fue el principio, lo marcó cuando su leche me lleno y salío de mi.... Unas gotitas de sangre resbalaban por mi pierna, beso mi frente, limpió con su ropa interior ese hilillo que caía, y llevo su mano a mi hinchado clítoris...
Solo me miraba, no ...