Una noche genial, con mi hijastra y su mejor amiga
Fecha: 19/01/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me casé por tercera vez, mi ahora mujer era mi secretaria, mayor que yo, pero muy caliente y tiene dos melones hermosisimos por tetas. Ella tiene una hija Sandrita, que es igual de caliente que su mamá pero algo tímida. Con ella no había tenido sexo, pero si tuve un encuentro de sexo oral, hacía como tres meses antes de lo que relataré, ella me dio una felación deliciosa en la ducha, no fui yo el primero, se notó que fue su primera ocasión, luego yo le comí su chuchita, como dije no hubo penetración, pero si quedamos en terminar lo que habíamos empezado. Sandrita es una preciosidad de jovencita, de tez blanca como su madre, sus tetitas están en crecimiento y tiene bella figura, su carita es bella, se le hacen canamancias en sus mejillas. La mejor amiga de mi hijastra es Ligia, ella es trigueña, con cabello teñido de castaño claro, lo cual le queda muy bien, a pesar de sus diecisiete años, Ligia es mera puta, según me ha contado Sandrita y lo que he visto. Ligia es delgadita de piernas y brazos, tiene bellas bubis paraditas y un culito pequeño pero respingón. Es mejor lo eventual que lo planificado, esa noche Sandrita me había pedido para ir con Ligia al cine, no vi nada malo en eso, ese día no estaba mi mujer, la mamá de Sandrita. Yo estaba tomando una ducha después de un día de trabajo duro, yo estaba un poco cansado, pensaba dormirme temprano, salí de la ducha en una bata, apenas estaba saliendo cuando oí el timbre de la puerta, fui a abrir y sorpresa, era la policía, y ...
... dentro de la patrulla estaba mi hijastra y Ligia, el oficial me comentó que habían hecho una revisión de una discoteca y encontraron a las dos, en este país no pueden entrar menores de edad y además estaban bebiendo licor y fumando. Me dijo el oficial que la próxima vez la meterían a una correccional y yo sería el responsable. Me entregaron a las dos y ellos partieron. Eran como las once de la noche. Yo comencé a regañar a mi hija, pues me había dicho que iba al cine y resulta que estaba en la discoteca, tomando licor y fumando. Ambas se sentaron en sendos sillones, frente a mi. Yo aún en bata, no traía nada abajo, mi hija tenía un vestido de dos piezas, pero la falda se pegaba a su ya curvilineo cuerpo, en el caso de Ligia, su falda era cortita, en ocasiones podía verle su braguita diminuta, y ella no hacía nada por taparse. Eso me fue poniendo la sangre caliente. Al parecer Ligia había ingerido más licor, se notaba y hablaba también sin inhibiciones. En eso Ligia se puso de pie y se sentó a mi lado y no dejaba de verme el paquete que sin querer comenzaba a crecer debajo de la toalla. En eso puso una de sus delgadas manos en mi paquete, y dijo descaradamente -uuy si es grande como me dijiste Sandra, y todo eso te comiste?- mi hijastra se puso roja, pues habíamos hablado que no contaríamos a nadie lo sucedido aquella tarde en la ducha. -puedo verlo?- me dijo viendome a los ojos. -bueno. - apenas alcancé a decir, pues ella levantó la toalla y mi verga semierecta salió a escena. ...