Clases de piano 12 (final)
Fecha: 20/01/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... dos niños atados, niño y niña, los ato a una cruz de madera, tipo medieval, entraron otros dos cargando una mesa llena de utensilios y finalmente entró un tipo gordo, era viejo y panzón, traía su rostro cubierto con una capucha negra, cuando entro hubo un aplauso monumental, los niños lloraban, tenían aspecto de indigentes, con rasgos indígenas, propios de las zonas marginadas del país. El tipo hiso un ademan de saludo a la concurrencia y se volteó hacia los niños, la pesadilla comenzó para mí, fue horrible, la tortura, los gritos, la sangre, mi estómago se revolvía, desviaba mi mirada, vi al papa de Aurora masturbándose fuertemente sobre el pantalón mientras abría y cerraba la boca sin perder detalle del show, los gritos continuaban, seguía horrorizado, mi ojos se nublaban con lágrimas, quería correr, después los gritos cedieron, no pude más, camine hacia la puerta, nadie noto mi ausencia, ni siquiera Víctor que se quedó masturbándose mirando el aberrante espectáculo, me dirigí a la salida, un gorila vigilaba, no me dijo nada, simplemente no se quitó, recordé la clave de salida, di mi nombre y la clave, lo hice serio y tratando de demostrar estabilidad, la estabilidad que no tenía, el gorilón al escuchar la clave y revisar que era correcta abrió la puerta y me dejó salir. Salí y caminé sin rumbo fijo, por instinto creo lo hice hacia donde vi luz, llegué a una plaza, me dirigí a un bote de basura y vomité, vomité hasta el hígado, me senté en una banca y sin poder evitarlo ...
... lloré de nuevo, lo hice como un niño, mis lágrimas salían sin poder evitarlo, sollozaba fuerte, las imágenes que había visto no se borraban de mi mente, pensé “¿para eso me quiere la directora?”, lo había mencionado muy claro, “más temprano que tarde tú serás el plato fuerte”, sería yo el siguiente verdugo que sustituiría al viejo sádico enfermo ese; no, eso no lo quería yo, ya me estaba convirtiendo en monstruo y no lo haría más, me levanté sequé mis lágrimas, me dirigía a un teléfono público, deposite monedas y marque, el auricular dio tono de timbre, serian cerca de las 11 de la noche, del otro lado un tipo contesto ‐ Hola ‐ Papá soy yo, Alejandro ‐ Hijo ¿qué pasa? ¿por qué marcas a esta hora? ‐ Papá necesito tu ayuda, tengo que irme de aquí, pero a la de ya ‐ Hijo ¿estás bien? Me asustas ‐ No preguntes papá por favor ayúdame a salir de aquí mañana mismo, necesito que me ayudes a estar en la ciudad ‐ Hijo me asustas ¿qué te pasó? ‐ No preguntes papá, solo necesito que me ayudes, por favor Escuchó mi voz quebrada ‐ Está bien hijo, mañana te espero en la oficina, llega directo y ahí resolveré tu situación y hablaremos de esto con más calma ‐ Gracias papá, te veré mañana, adiós-- iba colgar cuando escuche la vos de mi padre ‐ Hijo ‐ ¿si? ‐ Por favor, sea lo que sea que estés pasando lo resolveremos, pero por ahora cuídate y se prudente, te veré mañana Colgué al escuchar que el hiso lo mismo, estuve sentado en esa plaza por horas, de repente el clima frío me aviso que ya sería ...