1. ATADOS POR EL RECEPCIONISTA DEL APARTAMENTO


    Fecha: 21/01/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: parejaatada, Fuente: SexoSinTabues

    ... casi seguidos, sin bajar de intensidad, un segundo orgasmo. Sentado en el asiento del conductor, me bajé los pantalones y me saqué la polla. Estaba impresionantemente dura, y por mi propio instinto sentía ganas de pajearme. Pero aguanté. Aguanté cuando le escuché su tercer orgasmo. Me esforcé mucho por aguantarme en su cuarto orgasmo. En el quinto, casi quince minutos después continuos, escuchando entre sus jadeos loca de excitación un ffffafafbbababfaa ffaaffaaffffttaa como si fuera una película en la que la chica prisionera suplica amordazada, comencé a pajearme, y aunque lo hacia a poca intensidad sentía que mi polla pedía más y más. Paró el vibrador, aquel zumbido motorizado, pero el descanso fue de segundos, porque entonces volvieron los gemidos, de ella y de él. Estaban follando. - "¿Te gusta? ¿quieres que te folle?" - dijo el chico. La respuesta no dejaba lugar a dudas. - "fiiifififi fififiiffi ffffiif mmpphhppfffff" - insistía amordazada. Aquello era como un concierto, ella, él y ahora yo, sin gemir, en el máximo silencio, pero pajeándome a buen ritmo. Los orgasmos que había oído, y esos gemidos de fifiiff mmffff fmmfmfmfmmmmffffff , eran muy eróticos. La escena de imaginarla a ella atada y amordazada, esa sensación que transmitía de indefensión y prisionera y lo bien que ella se lo estaba pasando, follada por aquel chico que ella decía que era tan guapo, me excitó mucho, y tenía la impresión de que a ella también le excitaba mucho saber que yo lo estaba escuchando ...
    ... todo al otro lado del teléfono. La escuché correrse alocada. Le escuché a él correrse también casi al mismo tiempo. Y con pocos segundos de diferencia, yo me corrí también. - "¿Y ahora qué?" - pensé. Escuché que le preguntaba si le había gustado, y por el comentario de él supe que mi novia le había hecho un gesto de conformidad. Supongo que lo mejor era asumirlo y reconocer que estaba muy excitada. Le oía todavía gemir, pero de placer, de la comodidad en la que se sentía y lo que le gustaba el dejarse hacer. Decidí esperar. Un poco más. El ambiente se oía muy tranquilo, relajado, placentero. Lo oí vestirse, y preguntarle por mí. Por si iba a tardar mucho en venir. Si estaba lejos. A qué hora vendría. Todo ello forzada ella a ser amordazada, con los gemidos de querer hablar pero sin poder más allá de murmuros por la mordaza. Oí al chico andar por el apartamento. - “no te creas que me sabe mal dejarte sola aquí atada y amordazada” – añadió con voz perversa - "pero ahora viene tu novio me has dicho". Escuché una serie de ruidos que no supe descifrar, y yo, ¡a esperar me tocaba otra vez!. Supe que le había vendado los ojos, o al menos le había tapado los ojos, porque le preguntó si veía algo, y ella respondió con un fffffoooooo simple pero relevante. Ahora ya sabía que todo ese tiempo, además de atada y amordazada, había estado con los ojos vendados. - "Le he escrito una nota a tu novio, pero no puedes leerla. Se la dejo en la puerta, pero no te preocupes. Volveremos a vernos" - ...