1. Cógelo


    Fecha: 21/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: bargan, Fuente: RelatosEróticos

    ... en el sexo de Lidia. Poco a poco, Lidia introdujo el enorme pene hasta que los testículos chocaron contra su pubis, a la vez que con su mano derecha empujaba el culo de su marido invitándolo a que hiciera lo mismo con su pene. Una vez más, ella alcanzó una sensación de plenitud, se sentía totalmente llena, completa, abandonada al placer, tan fuera de control, tan excitada que a pesar de su habitual discreción, los jadeos dejaron paso a gemidos de placer y sus caderas comenzaron a moverse con verdadera violencia. Jorge acercó la boca al oído de su mujer, y sin dejar de penetrarla, le habló entrecortadamente:-“sabes que… necesitas dos… pollas para ti… lo sabes; dos hombres… dentro de ti…”Estas palabras fueron el detonante para que Lidia estallara en un sonoro orgasmo, mientras en su cabeza bullían multitud de imágenes entremezcladas, destacando entre todas las de ella misma siendo penetrada por dos hombres al mismo tiempo…Jorge regresaba del baño tras darse una ducha y volvió a tumbarse junto a su mujer. Mientras le acariciaba con suavidad el monte de Venus, le habló:- “Te excita pensar en que te estamos follando dos hombres, no digas que no…”- “No le des más vueltas, eso no va a pasar nunca.” –contestó ella, con una mueca de desagrado.- “Pues no sé por qué no” –respondió él- “A mí me encanta verte disfrutar”.- “Es simplemente una fantasía tuya y nada más” –mintió-, “y en eso se quedará. No voy a meter a otro hombre en nuestra cama te pongas como te pongas.”- “Pues cada ...
    ... vez que tienes las dos dentro te vuelves loca, y cuando te digo que necesitas dos hombres, siempre te corres a lo bestia”-insistió Jorge riendo. “Imagínatelo con un tío cachas y guapo, como Brad Pitt, con unos buenos abdominales de esos que parecen pintados… ¿A que entonces no podrías negarte?”.- “Pero como un tío así no se fijaría en mí, se acabó la historia” –sentenció, dando la conversación por finalizada mientras se giraba dando la espalda a su marido.- “¡¡Ajajá!! –exclamó triunfante Jorge-. “En ese caso sí que aceptarías, ¿eh?”- “Es tarde, Jorge, tengo sueño” –contestó cortante, aunque en el fondo sabía que su marido tenía razón; y de hecho sería bastante menos exigente a la hora de elegir al “partenaire”, pero no podía admitirlo, pues temía lo que podría llegar a suceder en ese caso.Lidia sobrepasaba por poco los 40, aunque aparentaba menos edad. Más bien bajita y perfectamente proporcionada, sus pechos no desentonaban con el resto de su persona. Su culo, algo respingón, le encantaba a su marido, que lo halagaba sin mesura sobre todo cuando le hacía el amor boca abajo: “es tan acogedor…” –le solía decir, y eso a ella le llenaba de satisfacción. Pero como todas las mujeres, y a pesar de los elogios y del amor de su marido, Lidia era insegura, y esa inseguridad era la que alimentaba su excesivo pudor a la hora de intentar alguna nueva experiencia en lo que a sexo se refiere. Jorge llevaba tiempo insinuando la posibilidad de incorporar un invitado alguna vez a sus juegos ...
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