1. Ya soy el puto del equipo (II)


    Fecha: 22/01/2019, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... a tener otro color; comencé a montar mi vida en esa tarde. Llegada la hora de ir a casa de Jaime, arreglé mi mochila y le dije a mi taita que me preparara algo porque iba a estar con un amigo, le indiqué de un pastel o un postre. Tuve suerte, porque tenía uno preparado para darme gusto y puse dos botellas de champaña en la bolsa dentro de un pack congelador para que llegaran frías a mi cita en casa de Jaime.
    
    A los cinco minutos antes de las 8 me encontraba en la puerta de Jaime. Esperé los cinco minutos para llamar a su puerta con extremada puntualidad. Me abrió la puerta y me hizo pasar al salón, allí encontré a Buffon, un compañero del equipo. Hablamos un rato y por fin se declararon ante mí, eran de hacía unos meses novios en firme, me dijeron. Cuando le pregunté a Jaime por qué no me había dicho nada para que yo pudiera decidir qué hacer sabiendo de qué iba, me contestó:
    
    — Nosotros solo queremos hacer un trío y para eso te necesitábamos. Buffon es mi pareja, él es activo y puede combinar contigo para que yo alcance a tener una doble penetración…
    
    Me puse de pie, no sabía si irme o quedarme. Por momentos pensaba que lo mejor sería irme a casa y dejármelos plantados, pero temía lo que descubría ya en sus ojos por la firmeza que tenían; si me negaba seguro que al día siguiente ambos iban a decir una sarta de mentiras y calumnias contra mí. Así que les hice la siguiente propuesta:
    
    — Comenzamos ya mismo, antes de cenar, primero os follo yo a los dos, comenzando por ...
    ... Buffon y luego tú, Jaime; después, si tenéis ganas, hacemos la doble penetración.
    
    También vieron tal firmeza en mis palabras que temieron que yo pudiera hacer algo contra ellos si no aceptaban. Se cumplió la ley del cobarde: «Piensa el ladrón que todos son de su misma condición».
    
    Allí mismo, en la sala, sin esperar a ver película alguna, ni cena, ni copas, me desvestí. Entonces Buffon se puso a llorar al ver mi verga levantada a tope. Jaime le decía que él ya la había sufrido y ahora le tocaba a él, que por eso era idea suya. Se desvistieron lentamente ateridos y temerosos, como si mi verga fuera una pistola que les amenazaba la vida. Cuanto estuvieron desnudos, les indiqué que se colocaran con las manos sobre el respaldo de del sofá. Cogí la derecha de Jaume y se la puse en su trasero para que se fuese perforando el culo. Saqué de mi mochila un cigarro puro habano que estaba en su funda de aluminio y con ello y saliva le fui perforando el culo a Buffon. En cuanto consideré que ya se había quejado por lo que yo forzaba, me ensarté un condón adecuado a mi verga y, como si estuviera en la suerte de matar al toro, la ensarté de una estocada en el culo de Buffon. Los gritos debieron de haberse oído en toda la avenida porque todavía resuenan en mi oído.
    
    Desde el primer momento lo follé con furia y cada vez se quejaba más y gritaba hasta llorar. Sabía que le hacía daño, pero mi corazón también se dolía. Saqué mi verga tal como estaba y del mismo modo la ensarté en el culo ...
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