MI PADRASTRO FUE EL PRIMERO II - Relatos Eróticos

MI PADRASTRO FUE EL PRIMERO II

... los brazos del sillón, por delante de tus piernas, así tus brazos estaban sujetos y a la ves sujetaban a tus piernas - ¡te lo dije!

Metí un poco el consolador en tu culo, me senté volví a tomarlo con mi pie y empecé a presionar para que entrara en tu culo, podía oír tus gritos, ¡para ya no sigas, es demasiado!, por más que lo implorabas nunca pare, hasta que estaba totalmente adentro, la base del consoldor era mas delgada que el resto así que impedía que se saliera de tu culo, me acerque a tu culo, mirándote a los ojos, lo saque un poco y lo volví a meter, hice esto varias veces hasta que dejaste de gritar y empezabas a gemir.

Tu verga seguía totalmente parada, no se si te excitaba esto o era el anillo que hice te colocaras, tampoco me importaba, estaba totalmente excitada, te desate, me recosté en la cama separe mis piernas al máximo para que vieras mi concha totalmente mojada -¡ que esperas ven a comerméla! Sin sacarte nada así te quiero seguir teniendo – te subiste a mi cama te hincaste entre mis piernas, me abriste la vagina con tus dedos y pude sentir tu lengua recorriéndola era delicioso como movías tu lengua en diferentes maneras recorriéndome penetrándome, tome tus manos y las lleve a mis tetas, empezaste a masajearlas, pellizcarlas, apretarlas de una manera increíble, apoyé mis pies y empecé a mover mis caderas en tu cara tomé tu cabeza y la apreté contra mí para sentirte ...

... más cerca, abrí mi vagina con mis manos, tomaste mi clítoris entre tus labios, lo empezaste a succionar hasta hacerme estallar, seguía apretando tu cabeza contra mí, era intenso, podía sentir las contracciones de mi vagina, sentir tu rostro húmedo, mis gemidos se convirtieron en gritos de placer, era demasiado los orgasmos eran intensos, llegaba uno e inmediatamente otro y así en varias ocasiones, hasta que empecé a soltar tu cabeza a bajar mis caderas, a relajar mis piernas, después de un éxtasis total, empezaba a relajarme

pero aún no había terminado contigo, así que me levanté, ¡pónte en cuatro y abre tus piernas! Me coloque atrás de ti, pude ver tu erección que no bajaba, era intensa, tomé el consolador y empecé a moverlo en tu interior, lo metía y lo sacaba, lo movía en círculos, lo sacaba hasta la mitad y te lo volvía a empotrar totalmente - ¡si quieres llegar hazlo así no te daré oportunidad de nada más!

Empecé a mover más rápido el consolador en tu interior, te escuchaba gemir fuerte, empezaste a mover tus caderas, hasta que note como empezabas a eyacular a pesar de el anillo que tenías, como apretaste el culo, apretaste los puños y cerraste los ojos, cuando ví que te relajaste te deje, te saqué el consolador, te quitaste el anillo del pene, me acosté en la cama, te acostaste junto a mi, nos abrazamos y dormimos tranquilamente. Agradeceré tus comentarios en addry_e_e@live.com.mx